El Triste Recuerdo de un Obrero

15502019

Él siempre fue un obrero

muy concienzudo y honrado,

amable y aplicado,

y sobre todo sincero.

 

Había entrado allí,

con un esfuerzo supremo,

y cual buen paladín,

supo ganarse su puesto.

 

Treinta años fue su marca,

cuando la empresa quebró,

y puesto en la misma barca,

a la deriva quedó.

 

Tenía él cuatro bocas,

a las que llevarles pan,

y dado que no eran pocas,

se le complicó aún más.

 

Cuando a casa se acercaba,

sus niños,los más pequeños,

corrían con gran empeño

para ver qué les llevaba.

 

Mas fueron decepcionados,

porque su padre rompió,

esa costumbre de años

que aguardaban con ardor.

 

Su esposa muy perspicaz,

comprendió lo que pasaba,

y al ser mujer muy capaz

a los niños envió a casa.

 

Conversaron largo rato

sobre qué podían hacer,

juntos hicieron trato

de tener lo menester.

 

ël buscaría otro empleo,

dondequiera que este esté,

si es necesario al tanteo

lo buscaría obtener.

 

Pero pasaron los días,

y nada él conseguía,

y aunque siempre se esforzaba,

con un: NO!! se encontraba.

 

Y los meses pasaron,

y su miseria avanzaba,

y siguieron esperando

mientras otro año pasaba.

 

Entonces desesperado,

se resolvió a hacer algo,

que aunque era arriesgado,

solo pensó en intentarlo.

 

Robaría una casa,

la de antiguos conocidos,

buscaría aquella plata,

que prometió el jefe amigo.

 

Planeando sencillamente,

encontró una manera,

de entrar sigilosamente,

en noche de primavera.

 

Ya dentro de esa casa,

encontró todo el dinero,

corría la adrenalina

por las venas del obrero.

 

Más cuando dinero en mano,

razonó en lo que hacía,

se dió cuenta que no había

en consecuencias pensado.

 

Y con el brazo alargado,

dejó lo que había tomado,

en el lugar donde estaba

allí dentro de la casa.

 

Y muy silenciosamente,

él comenzó a salir,

tan sigilosamente

como había entrado allí.

 

Pero al llegar a la puerta,

en la oscuridad brilló,

resplandor de escopeta

que su pecho atravesó.

 

Era el dueño de la casa,

quien empuñaba el arma,

y cuando luz encendió

a su amigo reconoció.

 

Y una amarga sensación,

le corrió por toda el alma,

y que jamás se libró,

aunque se deshizo del arma.

 

El obrero allí murió,

y en este mundo dejó,

a sus niños y una viuda,

que no tuvieron ayuda.

 

Y aquel antiguo obrero,

muy concienzudo y honrado,

amable y aplicado,

y hasta lo último sincero,

murió como delincuente,

ladrón y aventurero,

que dejó unos indigentes

por un poco de dinero.

 

Y aunque había sido obrero,

amable, honrado y sincero,

solo quedó en el recuerdo,

como un vil aventurero.

  • Autor: 15502019 (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de octubre de 2011 a las 12:00
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 67
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Comentarios1

  • Nuria Madrigal

    Ay que triste, lo que hace un padre desesperado por poner dar un pedacito de pan para su familia, lo perdio todo. Me conmoviĆ³ tu poema
    Saludos



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