De mi

Felipe.-

De un cuaderno nació mi mejor invierno, ser tierno podría ser tierno. De mi almohada, en cada madrugada, en cada velada, tú siempre eras mi encantada. De la raíz, de mi lápiz podía darle un barniz a tu cáliz. De mi balcón, yo veía a mi corazón volar sin dirección, saltando de estrella en estrella sin razón, cayendo de constelación en constelación.  De mi asiento, tuve en presentimiento, parecía que salías de un cuento, tuve un sentimiento que no pude evitar dibujar en estas paredes de concreto, un pensamiento circulaba por todo mi cuerpo y con el tiempo esto es lo que hoy yo siento. De mi mano, creció un ramo hacia tus brazos, un lazo que se amarraba a tu abrazo. De mi alma se desprendieron miles de lágrimas, hasta una mañana que vi un ángel de agua acostado en mi cama, vestida de mis sabanas, te vi volar al alba. De mis labios, construí un nido para tus besos, una constelación para tus deseos, un cojín para tus sueños. De mi pelo, armaste tu escalera al cielo, para regalarme caramelos de hielo, una nube para alejarme del suelo, una estrella para cualquier de mis anhelos. De mi pecho latió algo en un lugar tan estrecho, algo que parecía estar desecho, una semilla se había plantado en su lecho, floreció y volví a llenar de estrellas el techo, de ti tenia cierto sospecho. 

 

  • Autor: Felipe.- (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de septiembre de 2011 a las 21:34
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 38
  • Usuario favorito de este poema: Principito.
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