Es un Cuento: LUZ DE VIDA

lumary

 

Desde que se enteró, como le había ocurrido cinco años atrás, se sintió la mujer más feliz del mundo. Venía en camino su segundo hijo y esta vez deseaba que fuese niña.

 Ese sueño se cumplió un primero de Noviembre. Entre tantos preparativos, sintió cuando dijeron

-“…Aquí está María Luz…” Entre llantos, corridas, atenciones, la tuvo en sus brazos. Tan chiquita, indefensa, hermosa, rozagante, llenó de alegría sus vidas.

Lucas, su hermano estaba como loco aunque bastante celoso, lo que sintió por ella en el momento que la tuvo, le permitió comprender que el amor de sus papás alcanzaba para los dos.

María Luz fue creciendo día a día; de a poco observaron cosas distintas en ella, cosas que llamaban la atención. Aunque familiares, amigos y hasta los médicos decían -“No compares”, -“Todos los hijos no son iguales”, -“Todo va bien”, en su interior de madre presentía que algo pasaba, que no todo estaba bien.

Así seguían transcurriendo los días: resfríos que no se curaban, habilidades que no aparecían, cambios de médicos; hasta reencontrarse con el de su niñez que le confirmó lo presentido. Luego de un examen exhaustivo de la bebé, les dijo:

-Sí, algo anda mal; su cabeza hace tres meses que no crece-. Con ese diagnóstico trataban de prestar atención a todas las indicaciones, estudios. El silencio invadió el lugar, miradas cruzadas, manos tomadas miedo por lo que podía suceder, amor por entregar.

Sin más y ante tanta congoja dieron las explicaciones a su hermano de lo diferente, de lo que podía o no ser. Muchas voces interiores daban vuelta por sus cabezas.  Confusión… llanto… dolor… amor…

Del otro lado de la historia y sumergida en su mundo de bebé, con su mirada transparente, su inocencia, sus brazos extendidos que dicen tanto y su sonrisa

compradora estaba ella: María Luz, esperando surgir, ser, vivir, amar y ser amada.

Era necesario insistir. Tratamientos, estudios interminables, salas de espera, diagnósticos fehacientes que seguían reafirmando lo dicho. Buscaron por todos lados alguien que dijera lo contrario; siempre existía  una esperanza, algo que fuese alentador para tratar de aliviar el gran dolor sentido.

Con el correr del tiempo, todos esos miedos fueron haciéndose más llevaderos. Lucas, inseparable de su hermana, los ayudó mucho a darse cuenta que el amor todo lo puede. Día a día fueron fortaleciéndose, transformando cada momento en algo compartido para ayudarla a ser alguien, a crecer.

Y ella lo demostró, y lo demuestra día a día entregándole amor a su hermano - ayuda necesaria de su desarrollo- en cada mirada cómplice, en cada gesto repleto de picardía.

María luz… esa luz que todos buscamos en la vida, la de la gloria, la del tesón, la del fin del camino; la que todos los días renueva las ganas de seguir sin pensar tanto en el futuro y viviendo intensamente el presente; la que cuando uno no sabe hacia dónde ir, nos ilumina el camino y nos hace ver que las diferencias de la vida son capaces de hacernos sentir que en algún momento y lugar todos somos iguales.    

  • Autor: lumary (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de agosto de 2009 a las 00:45
  • Comentario del autor sobre el poema: este cuento me ayudo a poder expresar lo que sentía sobre mis hijos en un momento muy deficil como es la enfermedad contrapuesto al AMOr MARÍA LUZ Y LUCAS MAMA Y PAPA LOS AMAN
  • Categoría: Familia
  • Lecturas: 46
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Comentarios2

  • ivan semilla

    MUY BELLO

  • hmoliut

    Es un cuento: Luz de vida...
    Nos invitas a reflexionar...
    Gracias por compartir...
    Lo más importante para mí es la salud...
    y en la enfermedad la familia... la unión... el amor...



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