Semilla

Por dentro nos mira un niño dulce y triste,

Dentro del fuego de las pagina ardientes,

Llenando los cristales con  su agua pura…

Por dentro nos mira un niño

Sus ojos de cielo concilian arcos y flechas…

 

Porque de sus ojos crece  y se enciende la luz,

Porque es la luz que enciende al sol…

Como los volcanes imitando la fuerza del corazón,

Y nos mira a esa distancia sublime,

El todo es sublime; ángel grandioso de la humanidad,

Su cabeza dorada levanta espigas y girasol…

Parte de mi ser, astilla de mi tronco,

Porque tú arrojas calma a mis pies,

Porque  tu desapareces el daño del ser,

Te amo como las cosas que nos hacen nosotros,

Te amo  porque tú eres el sentido que da las cosas…

 

Allá en el intocable oculto,

Detrás de los anteojos carne,

Donde se combinan la sangre y la esencia,

Se descifra la clave oculta en las miradas,

En el rompecabezas que divide al alma,

Esta una criatura cerca de los tesoros,

El es el más grande de los tesoros,

Sentado en la silla del destino,

Porque todo comienza con una silla,

Blanca, libre, suave y sutil,

Porque todos esperamos en esa silla

Hasta

Que la lumbre cambia y penumbras acicala…

 

Pero amor mío cansado de esperar el sentido,

Cansados de  enmarañar lo vivido,

No nos dimos cuenta que por dentro canta y vuela como una guitarra,

Y es nuestro nuevo encendido,

Porque él es la estrella que seguimos,

Y es el sentido de todas las cosas…

 

 

Daniel Amaya