Vivir una Epifanía

Mane Castro Videla



Pequeñas cosas son esas y no otras

Que flotan como claveles del aire

bordando  los más bellos y perfumados jazmines

en los dobleces del escote

Y en pétalos de aromas prendidos

Perfumada piel de azahares, mirra y almizclé

Sola, paso a paso…

Despacito en el húmedo camino ando contando

entre las penumbras las grietas de la piedra

y en cada uno de todos los huecos del piso

Y en la claridad diáfana de los cristales

me encuentro y veo todas las imágenes

arropando sueños de colores

enhebrando risas de mis príncipes

 entre los más cálidos abrazos hermanados de amigos

Son mis lágrimas recorriendo agotadas sin cesar

en las  largas y arqueadas pestañas de rimmel

de mis grandes ojos negros que te nombran sin voz

y te dicen simplemente gracias

Misteriosa memoria anida la mirada

junto al más ínfimo de los detalles

y en finas cerdas y coloridas pinceladas

es donde siempre me descubro,

 Plasmando las historias

perpetuamente fiel testigo que nos nombra

Y en cada uno de los dedos de mis manos,

 Los anillos de amatista rasgando

 los velos de una realidad vivida y sentida

lacrados  entre  los claros oscuros

que evoca silencioso el espejo de mi alma

Sempiterno collar de piedras y brillantes

 orando a los cielos en eterna e inmaculada plegaria

en inmortal  comunión silenciosa

 

Desnuda desnudez de Mujer

en voz de luna danzando

y en estrellado perpetuo fluir

en el silencio de la mente,

en el silencio del corazón,

en el silencio de la palabra

Estoy…me siento… mía!

Destellos de luz y de gozo

en los inmortales cantos

Preludios de cítara

 Ángeles y  demonios

Suaves y melodiosas melodías

nacidas en frutos de esperanzas

Música divina en nácar de voces

El alma brota por todos los poros

derramando todos los momentos

en hálito de sonrisas

vistiéndome la arenosa piel

Arrastrando lastres del pasado

en la pausada y constante

cepillada de plata,

de todos los amaneceres y las noches

en mi extenso y largo pelo

Abrigando  

agujeradas lágrimas profundas redimidas

de la más temible tempestad y oscuridad

de todos los tiempos del reino de los mares

Frágil hilo de mi existencia creciendo en oleadas

Tormentoso dolor naufraga en el centro de los senos

 Perennes momentos desconsoladamente tristes y

llenos de miedo iluminan el agotado andar

del interminable y desolador camino invernal

 Y en libertad absoluta; la mirada

Fija sus alas en la más alta cumbre

redoblando alientos e inspirando brisas

Suaves brisas de aire más puro

Brotan flores de paz en el rostro

 y en cada una de las blancas manos

Y en el afligido corazón

calma su sed en la fuente 

Bendecido amor besándome

Es mi madre, es su sangre gitana,

Somos gitanas inseparables

en perpetua danza del vientre

y en mis inocentes ojos de niña

que te abrazan y no te sueltan nunca  

Instantes…

tan sólo instantes

 y  todos los tiempos de mis des-tiempos

Naturaleza resplandeciente que nunca termina

Hoy, te arrancó de mi pluma

como puedo, como al dolor interminable

que me aferró al pasado…

Para ganar el amanecer

y sentir el fresco rocío del mañana

de los encendidos fuegos perpetuos

de la apacible mirada diaria

posándose entre bellas y multicolores mariposas

de olorosos rosales y glicinas

de mi amado y celestial jardín

 

Arrolladora fuerza, aire que respiro…

Noches plateadas descubriéndome despierta

comulgando la intimidad de la soledad

de cada una de nuestros dibujados bordes   

Rozándonos y tocándonos

Abrazándonos en sencilla oración

Hambre, sed y cansancio   

Desprendidos mensajes caen

entre los pliegues de las sombras

de los fotones de luz

y en las riberas de sabanas

Palpitante sentir arrastra el viento

en la sequedad de todas las moradas

Jadeante desnudez de cuerpos entrelazados

Sudoroso sudor  y ardientes deseos

Azuladas caricias envolviendo pasiones

Y en las últimas gotas guardadas

Fundiéndose lentamente

en cada una de las almohadas

 

Alas de esperanzas elevando amaneceres

Despliegan todos mis sueños a la hora exacta

y precisa de cada letra y en cada palabra

En este decir-se diciendo a media voz inconfesable

y falto de palabras de este sentir sintiendo

 En abanico de emociones  y sensaciones

que me aprisiona el alma y el cuerpo

deposito los más bellos secretos de mi corazón

mientras  abro el cofre sagrado de mi silencio

 

Vibrando quedo, gozosa al son del sencillo acorde

Y en  la gloria perpetua y majestuosa

de la profundidad más honda del océano

del Espíritu del Amor

 

Mané Castro Videla

 

 

 

  • Autor: Mané (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de agosto de 2011 a las 04:31
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 32
  • Usuario favorito de este poema: BlackVizard.
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Comentarios2

  • BlackVizard

    cuan magnifica obra.....

    • Mane Castro Videla

      Graciasss por tus palabras!!!
      Me alegra mucho que te haya gustado
      Mané

    • david406

      uffff me deleite con una lectura tan hermosa como la que a salido de una chica digna y llena de su propia inspiración



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