Señora Sociedad

Carlos Fernando


AVISO DE AUSENCIA DE Carlos Fernando
Aviso que he vuelto después de muchos años ausente.

 

Señora sociedad,

voy a cantarle dos

o tres verdades si se puede,

porque hoy me he despertado

triste, de ver lo que usted

y sus compinches

traman y operan

contra de los esclavos  

que mantienen.

Mire, la primera que quisiera

en el rostro espetarle

es su doble moral,

de que hace alarde

tanto en el recinto civil,

como en la iglesia,

donde todos los domingos

tarde a tarde,

unos se arrojan sobre el pecho

dándose golpes,

otros endechan

y salen juntos a comerse

al que se encuentran.

 Y si de curules el asunto se trata

equivalencias halla

el que las busque

porque en campaña

te prometen todo,

y cuando llegan al fin a la curul,

tiran anzuelo y caña al agua

y ni quien recuerde

sus promesas.

 

La segunda cosa

que reprocharle quiero

señora sociedad,

es que trascienda

en sus mañas y trinquetes

sin respetar de los niños

su derecho a ser niños,

porque les presenta

en un banquete de cinismo el sexo,

no la sexualidad,

que no es lo mismo.

No es porque en la escuela

les enseñen a la mujer por dentro

o de los genitales del varón conozca.

Lo digo porque les muestran

el sexo hasta en la sopa

lo mismo a las tres de la tarde

que a deshoras.

Lo digo porque las redes

de pederastas proliferan

como moscas,

lo digo por los tratantes

de blancas en las fronteras, 

y por la explotación en todo tipo

de comercio de carne

que de los inocentes

se hace por doquiera.

 

Y qué de los tapujos

que privan en las casas

donde lo mismo finge

el matrimonio que los hijos,

donde los cónyuges

con descaro fornican o adulteran

y no se los impiden a los hijos

a hacer lo mismo,

porque no tienen cara

para hacer reclamos.

o les conviene ser cómplices.

Da igual. 

Y si de los hijos se trata,

qué mas quisieran conocer

la mayoría de padres

lo que sus hijos hacen en las calles,

a quienes de amistades tienen,

si el hijo otras preferencias tiene,

o si la hija por obra de la píldora

aun es virgen.

 

Señora sociedad,

la que repudia

al que es pobre o al que es indio,

al que negra tiene la piel,

o al que es judío,

que ignora al indigente

que se muere en las calles  por el frío,

que de los emos se afrenta

lo mismo que del cholo y el mara

Que está llena de darketos toda,

O de los que se ponen

pearcings en la cara.

Que fomenta a los adictos a drogarse,

y luego los endecha.

Y a los hijos de nadie los desprecia.

Se olvida que usted fue

quien los arrojara en los vicios,

y luego los señala con el dedo

cínicamente, pues primero,

usted los hace con todas

sus argucias y sus trampas,

con sus oídos sordos y sus trucos.

Señora sociedad

yo la repudio a usted,

y usted lo sabe.

 

Hoy me paro frente a usted

con un efod vestido,

el mismo que desgarro

ante su cara mordaz

en señal de duelo

como hacen en casos

de oprobio los hebreos.

Vengo a espetarle en el rostro

todo mi asco,

la reprobación de Quien

juzga allá en los Cielos,

que es Quien la juzga a usted,

Y no yo mismo,

Quien hoy me envía a recordarle sus pecados,

los que dije y lo que no le he dicho

y usted sabe.

Vengo a recordarle de parte

de El que juzga, que está puesta el hacha

y el fuego encendido,

que un día que yo no sé, 

que solo El sabe viene,

cuando debajo de las piedras

de Su presencia querrá ocultarse

hasta en la sima.

Júzguese hoy usted misma,

si es que sabe,

yo no la juzgo,

y  quiero que sepa por qué

no lo hago, porque viene tras mío

Aquel que puede.

 

Señora Sociedad,

porque aunque en los tugurios

que son todos sus recintos,

y aunque en los ghettos del orbe

more o camine,

yo no le pertenezco más a usted,

lo digo poniendo Al que juzga por testigo,

que Él me rescató de sus abismos,

y en Su mano me guarda de sus fangos,

Y a todo el que Le busque está cercano.

Él mismo lo rescata,

le da un nombre nuevo y lo restaura,

del vicio, de la muerte y del pecado.

Por eso El que juzga aquí me envía

a decirle a todo el que en sus redes caído

desespera, que hay en el Cielo

una esperanza que se mueve en

Su Espíritu en la tierra.

Que usa agentes como yo

para decirle a todo

el que sufre en su vano intento

por dejarla, que solamente en Él

está la fuerza para escapar

de sus fauces ahora mismo.

 

A decirle a todos sus esclavos vengo,

que Al que me envía,

no encontrará en ningún recinto

que remate sus cúpulas con torres y cruces, 

con medias lunas, ni campanas,

que Él no mora en casas hechas

por manos, de hombres,

que ni sus mentes  soberbias lo definen,

que Él es soberano sobre todas

las cosas y sobre Él mismo,

que no hay religión

que le respete con certeza

suficiente para decir que garantiza

al  Cielo los pasajes. 

Que sólo en Su regazó

se puede estar seguro,

que fiel es la promesa

porque Es Fiel el que la ha hecho.

Que nadie está autorizado a decir

lo que Él no ha dicho

y que el día llegará que deban

de responder por sus patrañas,

los que dando testimonio falso

hayan mentido, y en tinieblas

los dientes crujirán al ver el fuego.

 

A todo el que me escuche

o que me lea este escrito,

he de decirle que escrito está

que en estos días postreros

mientras duerme o se disipa

en el vicio, Mi Señor más Alto

que los Cielos viene a juzgar

a los muertos y a los vivos.

Y ese día usted señora sociedad,

se irá al infierno.

  • Autor: Carlos Cabonaro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de agosto de 2009 a las 12:28
  • Comentario del autor sobre el poema: Este se explica por sí solo.Pero diré porqué lo he colocado en socio-políticos y no en religiosos. Dícese de la política aquello que incurre en el terreno del gobiendo de una sociedad o sistema de convivencia humana. La religión es una institución de hombres, y gobernada por los hombres. Elgobierno Supremo de Dios, es otra cosa. Este poema atañe a las relaciones humanas vistas bajo el lente de Las Sagradas Escrituras, pero en una forma dinámica, y no bajo la óptica de un sistema interpretativo religioso. Es claro, que si seguimos como vamos, el nombre de la meta es: Caos.
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 73
  • Usuario favorito de este poema: asd.
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Comentarios1

  • asd

    MUy buen tema amigo, de total reflexion y es cierto, la sociedad es tan ciega de sus actos que los perjudicados no ven el daño que se causan o causan a otros...

    Atte. Giannia



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