algo que contar.

emmanuel sèbrol

Todo ser humano tiene el derecho a escribir su propia historia. Digo esto, por que un persona  muy cercanaa mi, no hace mucho se encontró en un problema mayúsculo de carácter sentimental que termino por convertirse en un problemòn de carácter social o de educación o de cobardía o de pendejismo excesivo, vayamos a saber.

Las cosas ocurrieron así: Una mujer inteligente hasta cierto punto, buena hija hasta cierto punto, buena novia hasta otro cierto punto, fue la que eligió León (así llamare a  este personaje) para compartir su vida. La verdad de las cosas yo siempre intuí que la relación terminaria mal, pero no dije nada, me limite a dar mi evaluacion de las cosas como yo las veía cuando Leon así me lo pidió y le di un consejo, ya saben, a mi que me importa lo que la gente haga con su vida, opino cuando me lo piden y hasta ahí.

Dicen que no hay mejor predictor del futuro que el presente. Es decir, si las cosas estan mal hoy, ¿Què podemos esperar para mañana?

Ellos se decían muy enamorados y la chava esta, mas de alguna vez visito la humilde casa del que comparteesta historia y en efecto, pude darme cuanta que las cosas iban mal entre ellos. El un ebrio empedernido. Ella una mujer con carrera pero sumisa y complaciente.

En verdad me sorprendió cuando me entere que habían decidido llevar la relación hasta el altar y ante el señor juez. No soy ave de mal agüero o pesimista, pero solo los veía bien cuando compartian las primeras cervezas ya que cuando terminaban la velada, estaban peleando. O los veía muy enamorados cuando encontraba jabones de motel en el coche de él. Pues bueno este par de pendejos (así los llamare) decidieron casarse.

Llegaron a la casa de la familia de esta medio mujer para hablar con los padres de ella, en particular nunca conocí a estos señores, pero si me comentaron que tenían mucho dinero. Se expusieron los motivos de la visita, el amor que brotaba entre los dos pendejos en cuestión, la decisión que habían tomado el par de seudo enamorados, perdón digo pendejos o mejor diré pendenamorados de querer casarse.

No hace falta decirlo, ya lo intuyen. La respuesta fue negativa. León agoto los recursos verbales y sentimentales para conseguir quedarse con su novia mientras ella lloraba amargamente. Lo que me causo risa fue cuando él le dijo al que seria su suegro que su hija lo amaba. Y este (el suegro) se volvió a su hija y le dijo: Dile a este cabrón que no lo amas y la otra pendeja entre llantos y con la cabeza agachada dijo: León, no te amo.

Reflexiono pues que los padres, es cierto, nos ayudan a escriir muchas de las paginas de nuestras vidas, pero llegado el momento, debemos tener el valor de tomar lapluma y el papel y empezar a escribir nuestra propia historia. Buena o mala, no lo sé, pero nuestra. dejar que alguien mas escriba las paginas de amor que nos corresponde escribir a nosotros es un acto de cobardía.

El par de pendejitos estos andan cada uno por su lado, dando sus lastimas al desprecio y todo, por que permitieron que otros pongan titulo a sus historia. y desde mi punto de vista, eso no es amarse.

  • Autor: Emmanuel Sebrol (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 16 de junio de 2011 a las 22:17
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 73
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • joaquin Méndez

    ESTUPENDO AMIGOMUY BUENO.
    SALUDOS. TEINVITOA MI RINCON.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.