DESDE que te FUISTE: PARTE DOS, EL VERSO VIVO

DESDE que te FUISTE: PARTE DOS, EL VERSO VIVO

Desde que te fuiste, el silencio ha sido, motivo de llanto por añoranza que corre el rostro del caído, para quien perdió con su libertad la paz para su alma, con la sola visión borrosa que tiene lo nublado de un pasado querido, que se presenta sin avisar, como divino espejismo, que arranca a veces de los labios una tenue sonrisa, que cuanto desearía que fuera perfecta, pero viviendo en soledad, no se puede pedir milagros al amanecer, si lo esperas por lo narrado antes a media luz, si se ha escrito con lágrimas jamás contempladas de un corazón herido que desconsoladamente agoniza, ahogado en sus propios latidos aun enamorados, al no lograr nunca, por tu andar apresurado, notar su presencia, para marcar con sumo tiempo y espacio retenido la sombra de la mujer amada y de esta forma intentar besar clandestinamente cada paso que has dejado, como sensibles huellas, que muy pronto se desvanecerán tras de ti al alejarte, como pobres y tristes latidos, cual eco adormecido en el viento, por tu cruel olvido…,

Desde que te fuiste, el jardín ha marchitado sus hojas, por cada lágrima que las rozó, asomado a la ventana, rezándole en voz baja al cielo, por tu eterno regreso, pero ha qué lugar se fue, aquel escritor que pensó que sería profeta de su desgracia en tierra santa y no de su segura muerte en sus letras, cuando su amor se alejó sin avisar, dejándole abandonado con páginas en blanco y aun por terminar de su historia de amor para contar, siendo firmadas y no descubiertas anónimas…, 

Desde que te fuiste, el deseo se fue tras de ti, el amor no lo veo ni concibo como ayer, desde que te fuiste borraste para siempre sin tu anhelada presencia de mis labios la sonrisa perfecta, al no lograr ser nunca, lo que un día soñaste tener en tus brazos…,

Desde que te fuiste, ya no puedo tocarte, suave y dulcemente la piel desnuda, con versos, poemas y poesías, escuchándome algunas veces, antes de poder hablar Tú, porque para ese entonces, cada palabra tenía un deje de mensaje implícito, que llevaba un mensaje directo de amor, que los ojos podrían ocultar al cerrarlos o los labios callar de cansancio o quizás, por supuesto pudor o miedo a equivocarse...,

Desde que te fuiste, la palabra escrita, dejó de ser precisa ni correcta, desde que te fuiste, la esencia de mi verso se fue contigo y donde hubo alegría, dibujaste seriedad, porque donde intenté sembrar amor de colores, resembraste penumbras y tinieblas que van por doquier enfriando el ambiente, por ansias cohibidas en la mirada tenebrosa que penetra los huesos, hasta helar la sangre, porque ahora soy frente a ti, tu obra maestra de forma y semejanza por un sentimiento muerto.
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Sergio Yglesias García
CaracaS, 12/06/2011 07:00 PM.