Cena de un Recuerdo

Pascual Dylan

Justo cuando pensaba que la noche sólo era el dormir del sol en donde no tenía más que hacer que esperar su amanecer, me di cuenta que en ella se escondían los amores más ineptos que se colorean en los libros, esos que tarde o temprano aquejan la balanza del corazón.

Una vuelta en un taxi por las manzanas iluminadas de una ciudad todavía en vigilia hizo que mis ojos se quemaran de tantos reflejos de sonrisas enamoradas en un sinfín de almas.

…Cientos de pasos dobles de parejas de fuego y manos estrechadas hasta la hora de la despedida hacen que te sientas vacío y la melancolía invada tu espina como un escalofrío entrometido y venenoso, así sentís que la salida está lejos de tu cuadro y el cuadro no es idóneo a los limites.

No sé si es normal o si ésta historia pasada fue demasiado solemne pero cada sombra que luce como ella me engaña, y hace que mi pulso se arranque y por un instante se detenga a deducir si está dispuesto a seguir dependiendo de mi irreparable ironía.

Para ser preciso, su pelo negro es ahora el anhelo más abrumador de mi almohada, y su perfume con sabor a sueño es lo que mi fiebre añora como su erario más hipnótico. Sus ojos ausentes son como una ceguera paulatina que no me deja ver el cielo, y todo lo demás tiene que ver con lo que resta de ella.

Sé que el tiempo helará mi suspicacia pero el suspenso torna nebuloso e innavegable éste presente. La tormenta siempre deja el horizonte despejado pero… ¿cómo espetarte y secar las lluvias que quedaron en mí?

Haciendo mutis en este gran teatro va tu cuerpo sin decir siquiera una palabra de consuelo, sin dar un guiño para menguar lo incontenible y sin firmeza para sedar la inconveniencia de enfrentar los sentimientos, como si tratases con una nadería que queriendo ser plausible quedó siendo menos que su propio significado.

En una plaza los árboles se hacen compañía sin mover sus raíces, y esperan el otoño para dejar caer sus hojas que de tanto mirarse día tras día, bajan durante la estación a conocerse con suma falsedad sabiendo que irremediablemente el viento las seducirá para volar; Con esa misma falsedad fuimos involucrados en un baile humilde que no dejó rastro luego de que la música de la verdad dejara de tocar. Las respuestas a tus preguntas y las preguntas a tus respuestas se entremezclaron sin sentido en un camino que a decir por la apariencia solo es transitado por corazonadas absurdas y miedos ilógicos en cuales se divierten mentiras en estado de ebullición.

El paseo se volvió denso y el pasaje difícil de pagar por lo que me bajé a correr detrás de una estrella que me tentó desde su primer lazo de brillo, así me perdí entre la niebla y no busqué más excusas para recordarla.

Sé que mañana podría repetir la historia, todos somos presos de lo mismo, nadie escapa a ser cena de un recuerdo.

  • Autor: Pascual Dylan (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de mayo de 2011 a las 11:31
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 50
  • Usuario favorito de este poema: sayury.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • STELLA_CRISTINA

    UN PLACER LEER TUS LETRAS .ABRAZOS .STELLA

    • Pascual Dylan

      Se agradece, saludos!



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.