¿Y tú , amante o esposa?

Laura, mujer de 26 años, (cónyuge de Mario) con una cintura de de 80 y 100 de caderas tales medidas son áureas como las de los cuerpos más hermosos y perfectos, lloraba a mares en las 4 paredes, sobre la cama, pidiendo otra oportunidad desde lo mas profundo de su corazón para recomenzar algo que ya se estaba terminando, una relación que como todas había empezado tan fantástica y bella que una vez en una fiesta de una noche cualquiera comenzara con una intensa mirada y una química sonrisa, finalizando con el consumo de la miel divina que al  subir a la montaña de Venus con el báculo de poder, se generan las sensaciones mas potentes en el universo, y que con solo recordar de nuevo esa experiencia hacia que la hipófisis y el hipotálamo secretara de nuevo esas sustancias que te hacen comprender que el paraíso se puede ver desde cualquier rincón.

 Pero Laura, con el transcurso de los días técnicamente por configurar en su mente una idea que le hacia confiar tanto, la cual era creer en  “tiempo y derecho”, dejo de ser aquella mujer intensa de fuego y pasión que hacia que Mario se volviera un engendro de concupiscencia ardiendo como antorcha humana de puro fuego pasional.

Ahora, en cada encuentro en el jardín de edén, apenas había roció en los pétalos de la flor de aquel fruto del conocimiento de lo  bueno y lo malo.

La rutina, desempaco sus maletas y se adueño al punto de no encontrarse un solo átomo de emociones, y pasiones delirantes.

Ella logro creerse “Esposa”.

Filippa, mujer de 26 años, (concubina de Mario) de igual medidas que Laura, con una felicidad en peligro de extinción constante, por no tener ni el tiempo ni la legalidad social ni celeste, pero segura de eso, hacía que los momentos fugaces que compartía con el, fueran como todas esas relaciones en las que se da por completo hasta el ultimo quantum de amor pasión y cariño que se pueda en esos momentos limitados en los que no existe ni el derecho social ni divino, pero que por ser prohibidos, cuando lo cóncavo y convexo se acopla solo se asemejan a una explosión nuclear con temperaturas como las que se dan en las coronas del sol, y en donde los cuerpos reciben un baño de mezcla del 98% de agua con cloruro de sodio, urea, amoníaco, ácidos grasos y ácido láctico, pero que traducidos por el hipotálamo se convierte en el néctar salido de las flores del Nirvana.

Cada vez que el sembrador llegaba al terreno prohibido, la flor se llenaba del libido néctar al punto de fundirse sembrador y flor en un elemento alquímico, en donde la flor humedecía tanto sus pétalos que no se encontraba punto de fricción en donde no se tradujera el delirio ardiente en un loco frenesí de puro amor y pasión, lo cual los convertía en algo intenso y vivido a cada segundo censurado y clandestino que podían tener.

Ahí, la rutina empaco sus maletas, por que ahí no era bienvenida pues la pasión intensa la hecho a patadas.

Ella logro creerse “Amante”.

 Dos relaciones, dos resultados, la diferencia entre una amante y una esposa es el tiempo y el derecho, una cree tener poco tiempo y ningún derecho y por eso el exiguo tiempo es emocionante y lo hace amando con intensidad, la otra cree tener todo el tiempo y lo hace amando sin intensidad creyendo tener todo el abundante tiempo y derecho, pero al final, ambas obtienen resultados solo por la condicion que aplican a lo que creen ser.

Una esposa, solo es una amante confundida, o sea que puede ser tan intensa como la amante, pero esta confundida con ese concepto y se duerme en esa condición.

Una mala esposa, solo es una buena amante en potencia, por que siendo esposa no ama con intensidad, pero si le sale una oportunidad de ser amante, se convierte en fuego ardiente.

Por lo tanto, esposa en la condición esta el resultado, si te crees una amante tu relación mejorara.