El borrico necio

Alberto Angel Pedro

Inconforme por su triste situación,

un borrico, por las noches se quejaba,

de la vida que a un cerdito su amo daba,

mientras él era un esclavo sin mención.

 

- “Considero que más útil soy al amo”,

- Decía el asno, razonando con enojo.

- ¿Por qué entonces, si piedad de él no reclamo,

se desvive en engordar al cerdo flojo.

 

No le importa que a mi piel el sol abrace,

y que a veces me torture la fatiga;

mientras yo me desvanezco, el cerdo pace

y le rascan con ternura la barriga.

 

Yo no sé por qué nos da variable trato,

ya que mientras a él lo colman de regalos,

la constante de mi vida es el maltrato

y el dolor de ser molido siempre a palos.

 

- No te quejes, y a aquel cerdo deja en paz,

- Dijo un buey, que sus congojas las oía.-

- Cuando pasen por tu vida algunos días,

el final de aquel cerdito mirarás.

 

- ¿Por qué a ti nunca te abate el desconsuelo,

conformándote a esta triste situación

- Dijo al buey, que dormitaba sobre el suelo.-

- Yo he vivido, dijo aquel, y hallo el consuelo,

Deja, al tiempo, que él nos de cuenta y razón.

 

Y así fue que, transcurrieron doce meses

en la vida solitaria del jumento,

soportando con desdicha el tratamiento

que le daba su cruel amo, muchas veces.

 

 Pero, un día se despertó, como es costumbre,

 cuando el sol no está muy lúcido en su brillo,

 a lo lejos vio el reflejo de un cuchillo

 y a los criados, preparando mucha lumbre.

 

 - Es domingo, -dijo el asno en sus adentros-,

 mientras su amo hacía muy raros movimientos.

 - El fin llega, -dijo el buey que se acercaba-,

 -hoy sabrás lo que hace tiempo yo te hablaba.

 

 ...¡Todo fue tan repentino!:

Un sirviente ato al porcino

a la sombra de un manzano,

mientras otro asió en su mano

un cuchillo de degüello,

que a la postre hundió asesino,

a la altura de su cuello...

¡sin siquiera pestañear!.

 

El borrico, al mirar esto,

dibujo en su rostro un gesto

y le dijo al sabio buey:

- Me arrepiento por ser terco,

y prefiero no llevar

una vida como el puerco,

que después de ser un Rey,

a la paila va a parar.

 

AUTOR: ALBERTO ANGEL PEDRO.

 

POEMA REGISTRADO ANTE EL INDAUTOR (INSTITUTO NACIONAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR) MÉXICO.

 

REGISTRADO VIA INTERNET EN: SAFE CREATIVE.

 

  • Autor: Alán Evangelista y alanpe (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de mayo de 2011 a las 10:13
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 12
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Comentarios1

  • isapoema

    Esta historia que has contado yo ya la había oído, y veo que eres de Mexico, yo soy de España, fíjate la misma historia y tan lejanos.
    Claro que como tu la dices no la he oido nunca, mejor dicho, no la he leído nunca.
    Está muy bien.
    Un saludo.



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