Carrera De Domingo Obscuro

Arturo Villada Vidal

Mientras Esperaba El Momento
De Salir Al Encuentro Con Ella,
Él Estaba Inmerso En La Lectura.
Algo En Su Cabeza Lo Indujó De Lleno
A Transitar Profundamente
En Los Callejones De Esas Letras
Ajenas A Su Tiempo.

En Un Parpadeo Fuerte Y Sorpresivo
Dejó De Leer Y Se Levantó De La Silla.
El Libro Cayó Al Suelo En El Arranque
Que Él Tuvo
Para Seprarse De La Comodidad
Y Salio Con Los Ojos Enfocados Al Frente.

Al Salir Tuvo Un Encunentro Repentino
Con Uno De Esos Amigos Añejos
Que Entretienen El Tiempo
En Conversaciones Anchas.

En Algún Momento De La Charla
Él Recordó Que No Sabia Nada De La Hora.
La Zozobra Minuscula De No Saber Su Ubicación En El Tiempo
Lo Picó En El Talón Y En El Pecho.

Terminó La Conversación Con Una Frase Facíl
Y Una Despedida Corta De Nos Vemos Luego,
Y Empezó A Caminar.
La Llamó. Fue Un Saludo Tibio
Y Las Preguntas Precisas Para Verse.

Cuando Tomó El Camino
Para Verla
Recordó
Y Sintió En La Espalda
Ese Tizne De Sombras Solemnes
Que Embadurnan La Noche Del Domingo,
El Silencio De Sepultura,
El Aroma Del Final Del Santo Dia De Descanso,
De La Noche Ya Madura;
Gracias A Eso Se Ubicó Mas Que En El Tiempo,
En La Situación De Su Trayecto
Y Decidío Jugar Al Cara Y Sello
Con La Luz De Una Moto Que Venia Hacia El.

Pensó Por Un Instante En Retroceder
Y Esperar A Que Pasara Esa Luz
Y El Ronquido Del Licantropo Metalico
Que Apestaba A Smoke Y Plomo;
Pero Antes De Que En El Cerebro
Se Terminara De Escribir La Palabra
"Retroceder"
Lo Invadio La Idea De Ir Hacia Adelante,
Y Cuando Avanzó Los Pasos Rapidos
Con Los Que Evadió Esa Luz,
Pensó En Correr
Para Aprovechar El Tiempo,
El Que Ese Domingo Medio Lugubre
Y Cotidiano Le Estaba Quitando
Para Estar Junto A Ella.

Corrió Justo Cuando Termino De Examinar
Con Un Movimiento Corto De Los Ojos Y La Cabeza
El Paisaje De Concreto Que Tenia Al Frente:
Una Calle Ancha Y Desertica Con Arboles Imponentes
Y Casas Que Empezaban A Llenarse De Sueño.
Corrio Casi Sin Darse Cuenta De Que Lo Hacia.
Seguía La Estela Del Perfúme Secreto De Ella.

Cuando Llegó Y La Encontró
Estaba Sentada En Ese Lugar Ya Conocido.
Esta Vez Estaba La Luz Que Otras Veces Faltaba
Y Eso Le Dio Otro Animo A Ese Instante
En El Que Él Se Deslumbro Con Toda Ella:
Con Su Cabello De Boske Obscuro,
Sus Pestañas De Longitud Perfecta,
El Conjunto Armonico De Su Piel Y Sus Huesos,
Sus Manos De Oráculo
Y Su Piel De Ambar De Rosas.
Unas Ansias Verdes Lo Atacaron De Repente
Cuando Se Miraron.

Él Se Puso Lento Un Segundo,
Descansando De La Carrera Ignota
Que Acababa De Ganarle Al Tiempo,
Aunque En Ese Momento,
Y Desde Antes De Dar
Las Ultimas Zancadas,
El Sabia Que El Encuentro
No Duraria Mucho,
De Todos Modos
Dejó Que Galopara A Traves De Toda La Sangre,
En El Torrente De Sus Venas,
Esa Sensación De Avispas En El Pecho
Que Lo Sorprendia Cuando La Veia
Y La Sentia Cerca;
Y La Sensación Se Intrincaba En Ese Momento
Porque El Corazón Le Latia Mas Duro
Gracias A La Carrera
Y Por Verla A Ella, 
Asi Que A Ese Proceso Recíproco
De Los Latidos Del Corazón
Y La Velocidad De La Sangre
Que Se Completaba Solo Con El Eslabon 
De La Imagen De Esa Ninfa De Nicotina,
Se Le Añadia Ahora El Ingrediente Inesperado
De La Aceleración Exhausta De Haber Corrido.

Se Acercó A Ella, De Frente
Y Hacia El Frente De Sus Miradas.
La Palpó Sin Prisa Y Seguro 
Y La Besó.
Sus Respiracíones Iban A Otro Ritmo:
La De Ella Era La De Siempre,
Esa Que Quedaba Tan Bien
En Los Silencios Sigilosos
Que Los Asaltaban A Veces.
La Respiración Tranquila.
La De Él Era Estridente
Y Profunda Por El Ligero Agotamiento De La Carrera.
Una Respiración De Oso Agitado.

Lo Cautivó Mucho El Buen Clima De Los Labios De Ella.
Los Saboreo Despacio, Los Acaricio Con Los Suyos
Y Dejó Que Su Respiración De Pequeño Huracan Invernal
Se Mezclara Con La Textura Y El Olor
De Petalos Otoñales Implicitos En Una Boca De Fábula,
Tan Imposible De Relacionar Con Otra Imagen
Que No Fuera La De Ella.

Disfrutaron De Ese Beso
Que Los Saco Del Tedio De Esos Domingos Lugubres.
Se Saborearon Suficientemente,
Con Calma Y Con Gusto.
Fue Un Beso De Esos Que
Venian Llenos De Una Suerte De Pasión Clandestina
Que Tenian Los Dos Adentro,
Una Sensación Inquieta
Como De Necesitar El Calor
Y Las Manos Del Otro,
Pero Era Una Pasión
Que Solo Ellos Entendian,
Y Que Ahora Sentian Tan A Fondo,
Y Como Siempre,
No Les Importó Quien Estaba Cerca
O Quien Miraba De Reojo,
Solo Disfrutaron Del Beso Hasta El Fondo,
Se Escucharon Las Palabras Que Les Permitió El Tiempo,
Que Al Final Llegó Sin Aviso A Terminar La Carrera,
Se Rieron Un Poco De Algo Que Se Contaron,
La Pasaron Muy Bien Aunque Fue Corto El Encuentro.

Se Despidieron Sonriendo Y Con Un Beso Mas Casual.
Ella Se Fue Y Él También, Justo Por Donde Habia Llegado,
Pensando En Que No Podia Dejar Que El Tiempo
Le Robara Los Instantes Con Ella,
Los Instantes De Ella,
Por Algunas Malas Pasadas
Que Le Jugaba Su Memoria,
Y Caminaba Tranquilo De Regreso,
Como Con Suelas De Nube,
Porque Con Ella Le Pasaba 
Que Los Encuentros
Largos O Cortos,
Como Sea Que Fuesen,
Nunca Le Negaban El Privilegio
De Sentir Ese Aroma Tan De Ella,
De Sentir Su Presencia De Ninfa
Y Sus Ojos Hondos Y Color Madera Del Olimpo.

Pero Él Y Ella Preferian 
Los Encuentros Largos.

  • Autor: Raskolnikof (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de mayo de 2011 a las 09:36
  • Comentario del autor sobre el poema: Dedicado A La Mujer Que Amo: Johanna Franco Vanegas
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 42
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Comentarios2

  • Gotitha de miel (Yoki)~BAR LITERARIO

    oooooh... una larga dedicatoria.... o mas bien un largo y merecido escrito para esta dama....

    Un placer pasar por tus letras....
    Besos Yoki

  • Arturo Villada Vidal

    Gracias por tener la paciencia y el animo de leerme aun cuando escribo extenso :p Saludos



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