A Dios

Manonle

Serpentean las ardientes lenguas de Dios

centelleando sobre mi coronilla para ahogarme

cualquier suspiro de esperanza desesperanzada ya.

 

Al ocaso clamo yo la piedad

que no me brinda, y que no consigo 

más que acompañando la mediocridad...

 

¿Por qué? os preguntaréis.

No lo se, no se que guerra debo dar rienda

contra el bufón divino, pero no más sufrimiento

yo aquí rompo contigo y con tu tiranía.

 

A mi propia potestad doy mi alma

para sufragarla en oceanos de propia tiranía

y conservar el poco anhelo de esperanza

que mi corazón aun me brinda.

 

A ti digo que tus palabras no surcarán más mis oídos.

A ti reprocho mi malestar degollando suspiros.

 

Apuesto que nunca nadie, valga ironía,

nunca te ha mandado al infierno,

pues aquí estoy yo el primero,

y con esto digo que ni Dios bueno

ni pamplinas, mis ninfas y mi dinero

son mi única golosina.

 

Mi alma se ha perdido en el fondo del lago Estigia,

y he pedido a Caronte que no me intentara salvar,

pues me he suicidado en esas aguas antes de llegar

a lo que usted divino Dios llama paraiso terrenal.

 

En mi propia alma encontré yo mi desdicha y en ella

mi salvación eterna, Dios bendiga la mediocridad...

 

 

 

 

 

  • Autor: Nicolás Alonso (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de marzo de 2011 a las 16:44
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 47
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.