La Cenicienta, de Charles Perrault

Hay ocasiones en las cuales tratar de aportar información novedosa sobre un libro se vuelve una misión imposible. Esta, por ejemplo, es una de ellas porque el material que inspira estas líneas es «La Cenicienta», un clásico de la literatura infantil del que no queda mucho por agregar.

La CenicientaCenicienta, tal como recordarán, es el apodo de la protagonista de un famoso cuento de hadas que comenzó a difundirse desde Europa. Según se cuenta, esta muchacha tuvo una infancia privilegiada, pero al morir su madre la felicidad desapareció: Cenicienta no sólo había quedado huérfana, sino que debía acostumbrarse a convivir con la nueva esposa de su padre y las hijas de ella, dos jóvenes malvadas que la rechazaban y la obligaban a realizar tareas domésticas.

Aunque sólo existía en el mundo de la fantasía, este personaje logró que fueran millones los seres humanos que se interesaran por ella. Tanta era su fama y tanta trascendencia alcanzaron sus vivencias que, con el tiempo, su vida no sólo se dio a conocer de forma oral, sino que varios escritores sintieron deseos de plasmar su historia en un papel.

En 1697, quien se encargó de divulgar este cuento fue el francés Charles Perrault. A diferencia de otras versiones, la propuesta de este autor revelaba la existencia de un hada que ayudaba a la joven a cumplir sus deseos. Gracias a sus poderes, por ejemplo, Cenicienta pudo ver a una calabaza convertida en carruaje y sorprenderse con ratones, ratas y lagartivas transformados en lacayos, cocheros y caballos.

El encantamiento también incluye un vestido elegante y zapatos de vidrio para acudir a un baile donde nadie, ni siquiera sus hermanastras, la reconocen. Sin embargo, toda esa fantasía promovida por el hada no es para siempre, razón por la cual Cenicienta debe desaparecer antes de la medianoche.

El tiempo es breve, pero eso no impide que la joven disfrute la fiesta. Tanto es su entusiasmo que casi olvida el fin del hechizo y, al oir las campanadas, decide salir corriendo para que nadie la descubra. En medio de ese escape, Cenicienta pierde uno de sus zapatos y es el príncipe quien ordena a un lacayo emprender la búsqueda de la dueña de ese calzado con el propósito de convertirla en su esposa.

Sin dudas, «La Cenicienta» es un relato encantador donde no importa quién lo haya escrito, sino su poder de atracción hacia generaciones enteras de lectores.

Comentarios1

  • Elsy Alpire Vaca

    Evidentemente, "Cenicienta" es el cuento de ayer y de hoy y posiblemente también de mañana porque ha inspirado otras obras sobre la discriminación social, es una bellñísma obra, se leyó cuando yo era niña, se la lei a mis hijas y hoy se la leen a mis nietas, qué linda historia es. Simplemente inmortal! Gracias.



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