Un amor que palpita solitario, 12º entrega

Entrega exclusiva número 12 del poemario Un amor que palpita solitario de Teresa Domingo Català.

FRONTERAS

Se bañan con esmero los relojes,
se alzan contra el tiempo deteniéndose,
y tus huellas escalan el ocaso
de la hierba en silos derramada.

Te oigo en los filos de la noche oscura,
es tu voz dulce una plegaria ausente,
y el amargo sabor del chocolate
entretiene las horas y los besos.

Un madrigal en nieve derretido
subyuga la tristeza y la recoge,
desertizando el paso de los días.

Me dejas sin motivos y lugares,
te veo amanecer con anacondas
que marcarán fronteras con sus dientes.

EL ÚLTIMO DESEO

La muerte es como un sueño que se olvida.
El amor es un sueño que se encarna
en el diario latir de las costumbres.
El amor es un sueño que nos vive.

Ya queda atrás el último deseo
que vino con la fuerza de los dados
y con el soplo cruel de las murallas
hasta la puerta de una casa inhóspita.

Si la vida es un sueño o una derrota,
tú y yo somos espectros que se amaron
en una triste niebla inenarrable.

El sino de la muerte es el amor
que a todos nos traiciona con un beso
de lirio rojo en nuestros labios mudos.

MIS UÑAS

Eres como un caballo tenebroso
que mira voltear las amapolas,
que anuncia con su entrada el desvarío
de unas flores gimiendo por el pan.

Descanso en la dulzura de tus ojos,
calidez de león en solitario;
tus labios son imanes para el beso,
y tu voz el suspiro de mis lágrimas.

Dime tú a dónde fuiste con mis uñas
que arañaron tu espalda con vileza,
con la rabia y la furia del deseo.

Dónde tu sexo, dónde tu memoria,
con el arma homicida de tus manos,
que declaró en ruïnas mi derrota.