El Quijote como juego literario

No hace muchos días he publicado un artículo acerca de una de las obras más impresionantes de la literatura española, Don Quijote de La Mancha, enfocando dicho texto en la construcción de la obra, sus personajes, sus voces narrativas y aquellos detalles que la han convertido en una de las novelas más leídas de toda la historia.

En esta oportunidad deseo hablar del juego literario que se encuentra detrás de la obra, los mecanismos lingüísticos que ha utilizado Cervantes para construirla y la belleza encerrada en la nimiedad de las palabras.

Utilización de sinécdoque

En El Quijote cada palabra tiene un significado especial y ni siquiera el nombre del caballero andante es casualidad. Si buscamos la definición de la palabra quijote en el Diccionario de la RAE encontraremos que se llama así a la parte de la armadura que cubre la parte superior de la pierna, el muslo.

Partiendo de esa base y deteniéndonos a analizar las palabras utilizadas a lo largo de la historia, podremos comprobar que no es esta la única bien aplicada, sin ir más lejos tan sólo los nombres que se le atribuyen al hidalgo manchego, tales como: Quijada, Quesada, Quejana, Quijana y Alonso Quijano, tienen connotaciones significativas. Dichos nombres pueden tomarse como sinécdoques del propio nombre Quijote, que tan exquisitamente ha sido escogido por Cervantes. A través de este juego de palabras, que pierden su significado para adquirir el de Quijote, el autor muestra un humor y una perspicacia únicas.

Lo insustancial en los libros de caballería

Otra cuestión que debe tenerse en cuenta al referirse al juego establecido en esta magnánima obra es la alusión a ciertos términos o estructuras propias de los libros de caballería pero en tono burlesco o bufón.

Era común en los libros de caballería hacer alusión al lugar donde ocurrían los hechos, en el Quijote no se menciona un lugar preciso.

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Existen dos lecturas, una de ellas expresa que como Cervantes escribió esta obra cumpliendo su condena en una prisión de La Mancha, no quiso nombrar dicho lugar porque no le caía en gracia, la otra lectura dice que el autor comenzó así a burlarse de las estructuras propias de los libros caballerescos.

Otra característica propia de los libros de caballería era utilizar estructuras como «Hace mucho tiempo», «En tiempos muy remotos» o «Erase una vez», en vez de ellas Cervantes dice «No ha mucho tiempo«, dejando en evidencia que la novela ocurre en una época no del todo vieja, se presenta así la primera ridiculez de la historia: un caballero de armadura en el Siglo XVI.

La locura y las historias de caballería

Existen otros recursos muy inteligentes utilizados por Cervantes que le dan a la obra características únicas: la unificación de la ficción con la realidad a través de la historia y la locura derivada de los temas caballerescos.

El haber introducido en la ficción a ese historiador, Cide Hamete Benegeli como primer autor y a ese traductor morisco, le dan a Cervantes una libertad inusitada, por tener un conocimiento absoluto sobre los hechos y poder, gracias a ello, transmitir todo lo que quiere, sin ningún tipo de traba histórica (la historia sólo él la conoce y nadie puede ponerla en duda); además, estos personajes siembran la ambigüedad y el propio Cervantes puede hacerlos responsables de las inconsistencias u otro tipo de desfasajes que existan en la obra.

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En lo que respecta a la locura, debo hacer un paréntesis para decir que en la literatura del renacimiento este elemento solía ser muy utilizado para caracterizar a aquellos personajes infelices o perturbados, en la obra de Cervantes sólo aparece cuando el protagonista se halla inmerso en cuestiones relacionadas con temas de caballería, en los demás aspectos de su vida se muestra más bien cuerdo.

Puede haber muchas lecturas al respecto, pero seguramente una de las más acertadas es que para Cervantes no había forma de tomarse en serio esos temas sin enloquecer. Así, el Quijote, enloquecido por las historias de caballería, transforma toda su realidad, acomodándola a la ficción propia de esas historias y ve castillos donde hay ventas, gigantes en molinos de viento, etc.

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De hidalgos, héroes y costumbres ancestrales

Por otro lado, en aquella época existían muchas restricciones en la literatura, tales como la importancia de la cuna del protagonista, para definirlo como persona. De Don Quijote se dice que era un hidalgo, lo que significa que provenía de una familia de nobles, de sangre distinguida, sin embargo lo que correspondería sería explicar por qué, dedicar un capítulo entero a hablar de la familia, de sus ancestros pertenecientes a la nobleza, pero Cervantes vuelve a saltarse las normas, dejando en el incógnito el pasado de este hombre.

Cabe señalar que este rasgo era utilizado por los autores para dar a conocer las razones por las que el protagonista debía ser héroe y o no. Por ejemplo, en la obra por excelencia de caballería de «Amadís de Gaula», se dice que el protagonista por ser hijo de reyes estaba destinado a ser un héroe; en contraposición con esta obra, si leemos «El Lazarillo de Tormes» veremos que el joven era hijo de padres viles y por eso será un anti héroe.

Saliéndose de la senda marcada, Cervantes no especifica la cuna del Quijote, ni habla de la genealogía, ni siquiera menciona el nombre exacto de este hombre, de este modo consigue llevarlo libre por las páginas del libro; sin destinos marcados, sin poder dejarse influenciar por la necesidad de ser un héroe o de oponerse a él. Podría residir aquí otra protesta más del autor con respecto a los libros de caballería y a la estructura defendida de forma imperturbable por los escritores de su tiempo.

Probablemente en el Quijote nacía la libertad para el escritor, demostrando que la estructura no es lo que convierte a una obra en única, sino justamente los elementos que se salen de ella, las innovaciones.

Para terminar, cabe señalar que el juego literario presente en el Quijote permite comprender que no existe una única forma de analizar el mundo, como no existe una única forma de escribir, y que, por otro lado, todo aquello que se ate a reglas fijas e irrevocables tiende a caer en los extremismos y por tanto debe ser ridiculizado.

Comentarios2

  • Rafael Merida Cruz-Lascano

    “Don Quijote de la Mancha”
    Ovillejo cervantino:


    ¿Publicará Milenio.com,?
    Lo del Don.

    ¿Algo sobre el amigote?
    Quijote


    ¿Se formará nueva cancha?
    De la Mancha


    Con bella lectura engancha
    Como lo bardo que fuimos
    En Poemas del Alma leímos
    Don Quijote de la Mancha


    Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
    “Hombre de Maíz,”

  • herminia trejo

    excelente artículo, es verdad las libertades que se tomase Cervantantes, han hecho la perdurabilidad de tan grande obra.



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