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Gustavo Adolfo Bécquer
Rima LVIII
¿Quieres que de ese néctar delicioso
no te amargue la hez?
Pues aspÃrale, acércale a tus labios
y déjale después.
¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho, y mañana
digámonos: ?¡Adiós!