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Alberto Ángel Montoya

Tu mano

Yo no sueÃ±o con manos gentilicias
blancas como las blancas azucenas.
Albas las sueÃ±o, mas las sueÃ±o plenas
de pasiÃ³n y de erÃ³ticas primicias.
Manos para los rezos impropicias.
PÃ¡lidos nidos de azuladas venas.
Manos sabias en Ãntimas caricias.
Manos para borrar todas las penas.
Manos que entre las uÃ±as afiladas
guarden cruentas lujurias ignoradas.
y al mandato de sÃ¡dicos fervores,
clavaran su febril concupiscencia
en la misma maniÃ¡tica inconsciencia
con que otras manos deshojaran flores.