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Marilina Rebora




DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

Durante aquella hora, quien se halle en el terrado
no retorne a buscar sus muebles bajo el techo,
pues -de dos en un campo- uno será librado
y el otro abandonado. (O de dos en el lecho.)

Dos mujeres moliendo, bien que trabajen juntas,
una será elegida, la otra rechazada.
Huelgan disquisiciones e inútiles preguntas
porque el Señor lo ha dicho: Su Palabra está dada.

(Soñamos el milagro: la que elige el Señor
apresa de la mano -por llevarla consigo-
a la otra en abandono, y pone tal fervor
en librar aquel ser del eterno castigo,
que Dios, al verla, dice: -La ha salvado tu amor.
Puedes venir con ella. Y ella venir contigo.)