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Ricardo D醰ila D韆z Flores




Estos versos que ya se van



"... Desde tu coraz贸n me dice adi贸s un ni帽o.
Y yo le digo adi贸s".
Pablo Neruda.


Sus labios eran como la espalda de la
muerte,
y su cuerpo
era fogata viva para mis manos de le帽a.
Ella nunca lo supo,
pero su espalda era mi luz,
y en sus piernas yo renunciaba a todo
cobardemente.
Ah, cu谩ntas veces morimos ella y yo;
los cuerpos como dos tumbas,
y en ellas los besos, las olas, los suspiros.
Qu茅 ternura sus ojos cerrados,
qu茅 ternura sus ojos tranquilos.

A煤n la recuerdo cuando cae la lluvia, cuando
pasa el viento, cuando llevo prisa.

Nosotros, los que rompimos tormentas con
las manos,
los que clavamos promesas en el aire,
los que siempre, malditamente siempre,
ca铆amos jurando sobre nuestras almas, tropezando con la misma huella,
ya no estamos vivos.

Ah, estos versos que ya se van.

La recuerdo aunque no la recuerde,
y sus labios eran la espalda de la muerte.

Afuera ladra un perro, y los grillos hacen su
canto,
y si presto atenci贸n, un tren se despide.

Yo atravesaba sombras para recuperarla,
juntaba los escombros para reconstruirlo
todo;
hoy s贸lo me quedo mirando al tiempo.

En estos versos van los d铆as en que
cre铆mos poderlo todo;
va su cabellera;
va el agua en la que tantas veces arroje mi
coraz贸n para que no tocara la piedra,
el agua que erosion贸 la piedra.

Ya no recuerdo su voz. Ya no la recuerdo.

En medio de esta noche,
no puedo negar que una espina de nieve teje
miedo en mis venas
y que un escalofr铆o sube hasta mi voz.

Porque ahora s铆,
estos versos se van,
y yo
les digo adi贸s.