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Ramón Fernández - Larrea
Arreyúmbame caé arreyúmbame cuá
pero era esto el horizonte dÃganme si era esto
era esa levedad en todo el corazón y en la distancia que muerde
pero si ha sido tanta espera ves
dice la abuela en su sombra de huesos
pero si yo me morà tanto
y no comà para dejarles en el mantel las flores
y ahora todos se van se han ido hacia la nieve peligrosa
dÃganme que voy mal enrumbada
que estos cantos ya son la esperanza
y que el campo que arde es puro espejismo
para que mi ceniza no me envenene más
pero era este al fin el fulgurante sueño
era tanto maldito trapecio en la penumbra
y este viento con cara de perro apaleado
y la pared agonizante que se confunde con mis huesos
mi padre lo soñaba
marañón
lo masticaba como insulto marañón
y en las sábanas podridas del paÃs
lamentaba su sangre en la arboleda
él que vino de lo remoto y sabe
que las fugas resultan infinitas
ah qué tierra de tan pasmosa desproporción decÃa
donde la ceiba puja junto al marañón
y espinas en la piel misma de los hombres
ah qué paÃs para no tener nada
al cabo de los cÃrculos del agua
el marañón del aire que te seca el rostro y las palabras
y los hijos de vientre enceguecido
y los amores palpitantes
y hasta el deseo empozado que el marañón aborta
ah qué paÃs para que cubra mi esperanza
yo que bruñà las armas y velé
dijo mi padre antes de ser abandonado
y quedarse con tres inmensos palmos de mar en el hocico
dÃganme que es mentira respondan que llegamos
que el páramo me engaña
que la mentira no es la flor preciada del cantero
que el marañón no se metió en las aguas
para que todos callen para que todos se muerdan
la boca que esperaba el futuro para besar.
22/7/2003