¿Cómo voy a ganarle a la pena
que la sentenció volátil?
Si no puedo embalsar la inseguridad
cuando su sonrisa se desabrocha los botones;
si me destiño y empequeñezco,
como ropa de feria tras el primer lavado,
cuando sube al avión;
si mido un metro setenta y cuatro a su lado,
y no alcanzo ni los dos centímetros
cuando duerme en Buenos Aires.
El tiempo arrastra los pies
mientras,
como una danaide,
intento llenar este vacío,
hijo del miedo a perderla.
Si un día deshabitara el amor,
me sembraría en las ruinas
hasta su regreso
para que,
en lugar de cadáveres de paredes,
me encontrara primavera.
Se hace una con el café
y dos conmigo.
Se devora todo el arte de la ciudad de un bocado y me mira
de reojo,
sin confianza,
pero con fe.
Si supiera que
le pediría que me comprima
hasta que se me mezclen todos los colores,
hasta caber en una de sus comisuras,
hasta volverme plastilina
si tan solo no hubiera clientes.
- Autor: Caramelo de Ricina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2022 a las 23:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuario favorito de este poema: Haz Ámbar.
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