Taumaturgia

Caramelo de Ricina

Sentada sobre vos
estoy;
mi garganta danza debajo de tus uñas,
mis piernas se abren
como las puertas de la criminalidad,
como el suelo del edén.
¡Qué cándida es la rendición!

 

Quiero que inundes las ruinas de este paraíso,
que escandalices el Olimpo,
que expongas la mediocridad de los dioses
y,
luego,
me mezas.

 

La obscenidad deshaciendo tus costuras,
quebrándote los rieles,
haciéndonos fiebre,
desdibujando siluetas,
somete al arte.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • Haz Ámbar

    Si es que no puedo elegir uno.
    Todos son realmente excepcionales.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.