Mirífico el influjo de tu estro
-pues gozas los favores de la musa
que está en tu pecho mágico reclusa-,
mi plectro vuelve más osado y diestro.
La escasa habilidad que hogaño muestro
yo debo agradecer sin vana excusa
a tu enseñanza clara y nunca abstrusa,
mi eximio y sapientísimo maestro.
Resumo tus virtudes como vate
negando que en la Historia toda haya
rapsoda que el laurel que en tu retrato
te cubre más merezca o que te empate,
pues has alzado más la ciencia gaya
que Dante, que Petrarca y que Torquato.
Osvaldo de Luis
Comentarios2
Bellos versos, ilustrados que permiten atisbar tu dominio del vocabulario y la historia y filosofía griega/romana. Hoy he aprendido dos vocablos que desconocía: estro y gayo. Una abrazo amigo,
Muchas gracias y un abrazo, Donaciano.
Osvaldo como es habitual tus clásicos sonetos son exquisitos. Permitime un breve epígo sobre el que aquí escribiste:
Y a Eros, cual es, descontrolado
plasmarlo, como el cano teosita
y a tí ayo, con tu carcaj, colmado.
Cordial saludo
Muchas gracias, Julio.
Un saludo cordial.
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