Mauro Enrique Lopez Z.

DESDE LA MONTAÑA

 

Dices tu mujer que eres un mar de amor para mi

Que no iba haber ninguna tempestad

Que no habría rechazo

Que no habría falsedad, mentira, ni engaño

Me prometiste que todo iba a ser un mar de pasión

Y yo creí en ti como siempre

Quizás no soy el mejor busque que navegue en tu mar

Soy un simple marinero que llega a amansar tus aguas

Entonces me mareo y me da por no tocar ni la arena

De tus manos

Porque descubro que eres falsa

Y traes tempestades y vientos del norte

Y el solo oler tú viento de amor, me marea

Deja que te contemple de lejos, desde la montaña

Para no sentir tu marea.