Luscio

Desde Marzo

A esta hora dura de marzo,

llego a tientas y asumo esta primavera

con esta luz que se repite y se aprende

su forma ígnea untada en las paredes,

el rigor de su beso áureo,

el llanto amarillo del paisaje en los cerros.

 

Desde el nido que propaga la sombra,

Yo cotejaba campanadas de silencio,

aplazaba la sal de los recuerdos,

media el fosforo de las nostalgias,

emprendía regresos sin salidas,

absorbía tristezas secas y húmedas,

y reía,

reía de lejos,

desde otro cuerpo sin memoria

desde otro epicentro de la risa

y desde otro dolor, sin sabor,

ni forma ni distancia

 

Reloj, viento metálico,

rostro de horas que me lanzas al olvido,

dispongo que el horizonte me cuente sus soledades,

que el mar me someta a su arrugada geografía,

que me recorra los parpados que viven solos,

la manos del sueño, los pies del silencio,

los huesos de la duda, la provincia del llanto,

que mi sangre se vuelva toda olas

y fundirnos en una soledad exacta.