Alejandro José Diaz Valero

Historia de un chofer de por puestos

Narrador:

Apenas el día comenzaba, la paz de la mañana todavía reinaba, y rápidamente se preparaba para el bullicio citadino de la lucha diaria.

 

Una experiencia del diario trajinar, es lo que ahora vamos relatar

Se trata con todo respeto, de las vivencias de un chofer de por puesto

Verán de manera resumida la forma en que ellos pasan su vida.

 

Chofer:

Hoy si que es un día malo, no hay pasajeros por ningún lado

Esto si que es un problema, y para colmo el sol, está que quema.

 

Pasajero 1:

Señor, señor está trabajando?? Tengo mas de medía hora esperando

 

Chofer:

Si como no, adelante señor, Gracias a Dios cumplo con mi labor

 

Pasajero 1:

Buenos días señor, cóbrese de una vez por favor

 

Chofer:

¿Tendrá sencillo su dinero?, ¡es usted el primer pasajero!

 

Pasajero 1:

Ay no señor, no tengo sencillo, sólo este billete que hallé en un bolsillo

 

Chofer:

Bueno espere un momento, de unos minutos le daré su vuelto

 

Pasajero 1:

Señor, allí están dos pasajeros parados,  pare hágales el traslado

 

Chofer:

Pasé en el momento preciso, gracias señor, no las había visto

 

Pasajero 2:

Buenos días señores, nos están matando estos calores

 

Chofer :

Buenos días tenga usted, el calor es para todos como usted lo ve

 

Pasajero 3:

Buenos días a todos, hay tanto calor que me incomodo

 

Chofer:

Buenos días señor, sí, de verdad que hay calor

 

Pasajero 2:

Cuanto es el pasaje? Sólo este billete traje.

 

Pasajero 3:

Estamos en las mismas caballero, yo n uso monedero

 

Chofer:

Ay Dios que martirio, tres pasajeros y sin sencillo

 

Pasajero 1:

Perdone el atrevimiento, tiene señor para darme vuelto?

 

Chofer:

Caramba, caramba; que buena lata, después dicen que no hay plata

 

Pasajero 2:

Hay señor deje de protestar, no ve que el calor nos va a matar

 

Pasajero 3:

Ay si que tormento, tener que salir en estos momentos

 

Pasajero 2:

¿Vieron lo que salió en panorama?, más que noticia parece un drama

 

Pasajero 1:

Ay no yo no leo eso, porque me aturde los sesos

 

Pasajero 2:

De verdad que con esas noticias, cualquiera se desquicia

 

Pasajera 3:

Y dígame la foto que pusieron, eso si es un desespero

 

Chofer:

Desespero es por el que yo chillo, tantos pasajeros y yo sin sencillo

 

Pasajero 3:

Tranquilo señor eso no es nada, si no lo cambiamos allá en la parada

 

Chofer:

Que parada ni que nada, la gente siempre está mal humorada

 

Pasajero 1:

Y mira quien lo dice, está como pájaro sin alpiste

 

Narrador:

Y así entre conversada y conversada el chofer seguía su ruta trazada, buscando con gran esmero, poder darle el vuelto a sus pasajeros.

Y así para hacer el viaje más animado, seguían la conversa entre los involucrados

 

Pasajero 2:

Señor es bueno que tome su previsión, espero que haya aprendido la lección

 

 

Pasajero 3:

Si debería tener monedas sueltas, para estos casos que se presentan

 

Chofer:

Lo mismo yo digo, siendo sincero, deberían traer sencillo los pasajeros

 

Pasajero 1:

Pero bueno dejemos la pelea, ya habrá forma de cambiar como sea

 

Narrador:

Y el chofer con los tres billetes en la mano, piensa en que forma va a cambiarlos

Piensa y piensa allí en el volante, y no ve otro carro que esta delante

Solo se escucha el frenazo, y vidrios partidos en el acto

 

Chofer:

Tranquilos, no es nada, no quiero verlos malhumorados

 

Pasajera 3:

Mas bien es al revés, tranquilícese usted!

 

Chofer:

Ay Dios mío y ahora que voy a hacer, tendré que arreglarme con el otro chofer

 

Narrador:

El chofer se bajó de buenas maneras, y dejo el carro encendido como una cafetera

Y los pasajeros con gesto poco contento, estaban sudorosos esperando allá adentro

 

Pasajero 1:

Señor ya que se ha accidentado, deme mi billete que estoy apurado,

 

Pasajero 2:

Discúlpeme también usted, pero deme el billete  a mí también

 

 

Pasajero 3:

Aquí perderemos el día enterito, deme mi billete para tomar otro carrito.

 

Chofer:

Aquí tienen su dinero de buena fe… Comencé el día con mal pie

 

Narrador:

Y aquí termina la historia cotidiana, que puede ocurrir en cualquier mañana

Esa es la triste realidad, de muchos choferes de la ciudad

De hombres que en su lucha constante, viven y mueren detrás de un volante.