sinclair

Dejame así

Ahora que estás ahí, sumergido en tu mundo, me hablás del mar casi sin vos. Me decís unas palabras incomprensibles, ajenas, sorpresivas.
Me hablás del mar, del día, del amor, del silencio, de la muerte. Decís esto y te vas como si nada.
Que sea así, prefiero que no estés, que te vayas, que tus noticias se migren sin respuesta mientras la vida, nuestra vida, avanza a grandes pasos lejos de nosotros.
Que no vuelvas, que no me mires, que no desarmes lo que soy: un cuerpo lleno de verdades abstractas, sueños propios y voces; alguien que habla en voz baja hecho de arrepentimientos, de agregados, de decepciones.
Todo se va modificando a instancia de otros descubrimientos del pasado. Es curioso como algunas relaciones casuales, fragmentos de charlas, frases ocasionales, cambiaron o ayudaron a progresar lo que pienso.
No es sólo mi mundo, es el tuyo también; tu actitud imaginativa, tu fantasía desbocada, tu capacidad para evocar sólo lo que vale para aquellos que se resisten, para aquellos que se niegan a dejarse morir.



Daniel H.