Harto de lo tedioso que supone escribir,
uno por uno, todos mis pensamientos,
sin más remedio que el de evadir,
de golpe mis sentimientos.
Hoy comienzo a escribir como antaño,
sin tapujos, ni vendas,
y con una sonrisa dibujada en los labios.
Cuesta creerse anclado al futuro,
para luego encerrarte sin quererlo en el pasado,
y quizás reconocerlo sea lo más duro,
aunque siempre habrá alguien que este a mi lado.
Desperté observando tu silueta, mientras te abrazaba,
nuestros cuerpos abrigados huían del frío,
promesas, sonrisas, colores que las sombras ocultaban,
me guarecí entre tus brazos, complaciente, agradecido.
Me sorprendiste y de nada me arrepiento,
pues conseguiste que volviera a ser yo mismo,
aunque fuera por momentos.
Necesitaba no pensar en lo que extraño,
quería eludirlo cada día,
pues solo conseguía hacerme daño,
aunque sin querer me afecta todavía.
Hay tanto que caminar en este mundo,
y no solemos valorar lo que tenemos, lo que queremos, lo que seremos,
cada momento, cada instante, cada segundo.
Sigo queriendo encontrarme,
necesito volver a reir,
quizás entre tus brazos dejarme,
quizás con el tiempo lo pueda conseguir.