GITANA DULCE

NUESTRA SEÑORA DE AKITA

 


La Religiosa Sor Agnes Sasagawa recibe en 1973 la visita de nuestra Amadísima Madre Celestial, con mensajes relacionados con la importancia del Jesús Eucarístico,  Sor Agnes recibe los estigmas de Jesús, mientras una imagen de madera de la Virgen María sangra desde llagas aparecidas en una de sus manos, y también emana sudor con una fragancia celestial, que inunda la Capilla del Convento de la Orden de las Hermanas Custodiadoras de la Eucaristía .La misma imagen llora por 101 veces consecutivas, teniendo esta cifra un significado revelado en una aparición de su Ángel Custodio a la hermana Sasagawa. El obispo del lugar envía a analizar las muestras de sangre, sudor y lágrimas, que se extrajeron de la imagen frente a una gran cantidad de testigos (con evidencias fotográficas y televisivas). Los análisis dictaminaron que se trataba de muestras de origen humano. La hermana Sasagawa, que sufría de sordera, recibe el anuncio de la Virgen sobre su futura curación. La misma se produce durante una Ceremonia Religiosa, frente a la total falta de expectativas médicas, dando una evidencia más a los hechos ocurridos en Akita .Finalmente, la Iglesia aprueba la aparición y autoriza la devoción respectiva, bajo la advocación de Nuestra Señora de Akita.

1973 marca un momento de gran frustración para la humanidad. En adición a una crisis económica mundial, se manifiestan las primeras evidencias del fracaso de los sueños de la década del 60. Así, occidente ve como las ilusiones del movimiento de la paz y el amor, culminan en una ola de excesos en la droga, el abuso del sexo, el aborto abierto y promovido, y el descontrol juvenil.

Sor Agnes Sasagawa, una Hermana de la Orden de las Custodiadoras de la Eucaristía, en un Japón donde sólo el 0,3 % de la población es Católica. Japón había visto en los siglos anteriores la continuación de la acción iniciada por San Francisco Javier (siglo XVI), con persecución y Mártires surgidos en  defensa de la Fe en Cristo.  


 

"La enfermedad de tu sordera, ¿te hace sufrir? Tú sanaras, ciertamente".

Toda la credibilidad de los mensajes reposará finalmente sobre la realización de esta promesa. El día 13 de octubre de 1974, mientras saludaba al Santísimo Sacramento, Sor El 6 de julio de 1973, la voz que salía de la estatua le había dicho a Sor Agnes:

Agnes fue instantáneamente sanada de su sordera. La hermana misma telefoneó a monseñor Ito y le habló como una persona normal que no había estado enferma. El día siguiente, el médico dio este diagnóstico: "Facultad de oír normal". Esta recuperación del oído le duró a Sor Agnes seis meses, luego ella volvió a estar sorda otra vez. Dios le pidió que hiciera el ofrecimiento de ese sacrificio. Pero nueve años más tarde ella sanaría definitivamente por un milagro de la Eucaristía, el último domingo del mes de mayo en 1982, día de Pentecostés, durante la bendición con el Santísimo Sacramento.