Pablo Diaz

Fui,fuio.

 

Detrás de un vivaz silbido,

 promulgado antojadizo y a

fuerza de expertos labios, se

 acomodan en ringlera los

piropos rimbombantes del

pretencioso don Juan:

aparente enamorado.

 

A manos trae su

 pañuelo…agitándoselo al

viento para que ella lo

advierta, toca su precioso

 cuerpo con desnudantes

miradas y hunde en lo más

profundo, del corazón

pretendido, el arpón de sus

palabras.

 

“Adiós, mi blanca paloma,

 tu nido esta aquí, en mi

alma rodeado de azahares

para que adornen tus sueños

 con tornasoles de cielo como

 arcoíris de amor”.

  

Palabras que salen solas;

van delante del don Juan…

posándose en cada rosa que

aparece en su camino,

succionando de su alma el

néctar de su inocencia cuan

 perfecto pica flor.

 

Habiendo el galán silbado,

 detrás de ese silbido,

 despliega su abecedario

dibujando un arcoíris al

recitar lindos versos que les

 brotan de su adentro. Pero,

 no del corazón.

 

PABEDIZ