Presagiando el ocaso
lento, no anhelado,
rumores de fracaso
negras noches llorando.
Murmuran, critican, juzgan,
“¿por qué habrán terminado...?
ha de haber sido su culpa...
yo ya lo había anticipado.”
Interpretan el ocaso
basándose en su ocurrencia
pero, nunca ven el caso,
sólo ven la apariencia.
El ocaso de la experiencia
que bilateral desfalleció
aunque tengo evidencia...
no necesito tu aprobación.
Que el dolor del ocaso
ya me duele suficiente
¿no te fijas, acaso,
que mi alma enmudece?
Y mi duelo es doble vilo
si por casualidad se enteran
el duelo de lo perdido...
y el de recomenzar apenas...
Copyright©2011 Rocío Vega-Ponce