RICARDO ALVAREZ

NUESTRAS SOLEDADES - de ASPAS de la VIDA

De hace tiempo golpean las piedras largamente estiradas en el día.

Algunas en meteorito, las mas diminutas

en explosión matemática potencial, como

guijarros desprendidos de inexplicable mineral.

No son las rocas turbadas del cielo,

es la semilla brutal inserta en la cabeza de nosotros,

roperos ambulantes cruzando los genes y el mundo en los puentes descoloridos

 

Sin recuerdo que somos  cuerpo y existencia

van nuestras ropas vacías de flojo destino, y

la obscena esclavitud de una amapola adicta sin futuro.

Con la marcha enterrada  del soldado acobardado

a la frontera de los grises sin retorno

Como elaborados productos de consumo manufacturados

dejando un hueco y un numero por nombre.

Nace en nuestras sienes infartadas del día sin sorpresas, y

claudica nuestro corazón cenizo

como forastero de un alma ocupada por algún raid enemigo.

 

No hay mas piedras golpeando las testas,

sino la densa y gélida sustancia

de nuestra absurda apariencia sin bandera en las entrañas.

 

Con la muerte lenta y vergonzante que invade la humedad sin aire respirable,

de los huesos pesados ahogando los tambores de mitos olvidados y pechos abatidos

Desprendidos de músculos sensitivos y refleja respuesta,

con los tendones arrugados, la risa en dientes apretados.

Vestidos solo de ropaje y percha, sin nada de osamenta.

En la oscuridad sin salida vamos a los tropiezos y los tumbos.

Levantamos la cabeza y no hay nadie... y nadie

es la soledad arpía como compañera.