Alejandro

A la sombra

A veces ni las soledades son suficientes

para acordarme de que existo.

 

De vez en cuando delineo una sonrisa en mi rostro

la dejo a la sombra y se marchita,

compro tiempo y vendo vida

enloquezco momento contra momento.

 

Escucho el rugir de algún recuerdo

de alguna gloria vana y senil,

me hago fuerte, me reviento,

me alimento de nada y de suerte.