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La playa


 

Miraba tu silueta, formada por el atardecer,

pintando tus huellas en la arena mientras la brisa jugueteaba contigo,

entonces cayó el sol, tan débil, exhausto,

 y naufragó frente a mis ojos distantes, 

Mientras mi sombra se desvanecía a mi lado,

y tú adentrándote en el océano, pelirroja radiante que adornaba el horizonte,

 como alcanzándolo, Exigiendo su regreso,

el furioso mar apaciguaba mientras te consumía,

el agua cubrió hasta tu cuello y solo miraste morir el día,

 te excavaste en el mar y el cielo se apagó,

surgiste lentamente con la luna sobre tu cabeza

que se desahogaba en el confín del mundo,

 arrastrabas el mar y este se resistía a ti,

la bahía se lleno de cristales que apagaban y encendían como luciérnagas.

 Y la luna cubrió mi rostro cuando las estrellas ya eran incontables.

Llegaste a mí meneando tu cuerpo Inclusive la luna se revelaba tímida,

ocultada entre las nubes, ésta dibujaba el camino que incluso rebasaba el agua,

 Y fijaste tus ojos en mí. Fundiéndonos en las arenas de aquella playa,

 tus labios eran cálidos y tú cabello fuego.,

 fuego que me fajaba con tu esencia.

Hermosa mujer de brasas que enciende mi existencia.

Subestimamos la noche que nos abatía encima,

nos hicimos con las pizcas de arena

 y el océano reventaba su envidia y furia en nuestros cuerpos.

 Mientras la luna figuraba un fanal que nos observo

en la indisoluble oscuridad.