benchy43

NOCTURNO (III)

"Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer" (Antonio Machado)


Traes el canto del follaje entre tu falda,
se recrean
los trinos del bosque cuando pasas
y tu vereda tantas veces transitada,
es un río pequeño
que guarda los secretos de tu piano.

Tu fragancia
-que se anticipa al viento-,
arremolina jazmines sombreados
de frescura;
despereza con llovizna de rocío
el rojo clavel,  y te saluda.

Y te allegas a mí con tu sonrisa
reluciente del sol gris de la distancia,
se desnudan los bordes de tus labios
encendidos de un te amo repetido.

Se hace temblor mi poesía
entre tus dedos
que acarician los pétalos
del cielo, se besan mis manos y tus manos…
se hacen uno mis sueños y tus sueños.

He hundido  mis ojos en tus ojos:
En tu mirada de luces ataviada
nace el esplendor
de temprana primavera,
son tus pestañas lánguido velamen
de un velero bogando en mar sereno.

Ya partió el día vencido de horizonte,
atardece en nos el vino bermellón
de los celajes
y se van los suspiros en las nubes,
difumados en jirones azulgrana.

Te estrecho en mi cobijo
y eres mía.
Como paloma herida te acurrucas,
escucho el musitar de tu ternura
en la suave melodía de un nocturno,
(es tu boca frutal fontana ardiente
en donde se incineran los deseos).

Entonces morimos en el paisaje de los besos,
y se dejan desplazar, cadenciosa, lentamente,
mis labios en tu domada geografía,
y  renacemos en un platear de luna
que ilumina la tibia piel durazno de tus senos.

Ahora inventaremos
un mes nuevo, un otoño nuevo,
al rociarnos del ensueño de pasiones,
somos delirio habitante del submundo,
somos torrente que florece en los cerezos.

 

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.