joaquin Méndez

Un semental, Sin liberta.

 Página. 004                  Un semental,  Sin liberta. De Joaquín Méndez.         

 

 

 

Esa noche no la vi, me quedé con las ganas hasta el extremo de recorrer varios locales sólo para ver si la podía ver de nuevo. No sé que me había pasado que me había calado hondo aquella mujer, aún sabiendo que tenia pareja, pero una fuerza más fuerte que yo, me hacia buscarla como el joven, que se enamora de una compañera, del instituto.


Al final me fui para mi casa sin verla, me fui con el deseo de que llegara pronto el día siguiente para ver si tenía más suerte y la veía.

 

A la día, siguiente, hice lo de costumbre, el bar los amigos, y la juerga.

 

Iría yo, por la quinta cerveza, se escuchaba una algarabía en el salón del local, que parecía el patio de un colegio, cuando de pronto…se hizo el silencio. Incluso hasta las señoras que estaban presentes, enmudecieron.

 

Y allí en la puerta del bar estaba ella, mirando, como buscando a alguien. Detrás de ella, un tipo bajo, y delgado, más bien canijo, con los ojos azules, el, también miraba pero él no parecía buscar a nadie.

Cuando los bellísimos ojos, de ella me vieron esbozo una sonrisa, y se encamino hacia donde yo estaba.

Cogió por la mano al, tío, de los ojos azules, y le dijo. -Ben mira, este es el chico que me trajo  el otro día, en su coche.

-Hola me dijo. -Mira te presento a mi marido. Y continuó, diciendo. –Juan este es, es....  Alex,  soy Alex, -Respondí,  Perdona, que no, presentado, el otro día, perdona mi torpeza. Lo siento. Le dije.

 No importa respondió ella.

 

El me estrecho la mano y me dijo -Gracias por traerla, fuisteis muy amable, gracias.

 

No las merece,  Murmure, yo, un poquito nervioso, sin saber por qué.  y  el seguí diciendo. Es un gusto conocerte Alex .

 

Juan, es un verdadero placer,  Le dije a él y repetí, mirándola a ella,  siento, no haberte dicho mi nombre.

 

No te preocupes –Dijo,  yo tampoco, me presente… mi nombre es Lucia, como la de pimpinela. Y se he hecho a reír, entes de darme dos besos.

 

¿Qué queréis, tomar? Les pregunte.

 

Dos cañas -dijo él con voz más bien, aguda.

 

El camarero sirvió las cañas, y la miro a ella con ojos de goloso, pues la niña era un bombón, de chocolate.

 

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Lucia se puso a mi lado casi rozándome, con su trasero cada vez que se giraba un poco para hablar, con Juan, me ponía su culito pegado a mi pierna, y me daba una sensación de bienestar que me relajaba al tiempo que me excitaba.

 

Estuvimos bastante tiempo charlando, más de mí, que de ellos, pues me hicieron una

Interrogación completa. ¿Donde trabajas? ¿Dónde vives? ¿Estás casado? ¿Tienes hijos?

¿Cuántos tienes? Etcétera,  etcétera.

 

Luego me toco a mí preguntarle a e ellos, ¿no sois de aquí verdad?

 -No,  pero vivimos aquí, hace dos años - Dijo Lucia. Antes vivíamos en la capital, -Siguió diciendo, pero nos,  vinimos a vivir aquí a este pueblo hace cinco meses,   por aquí,   por este bar es la segunda vez que venimos.

Me Informo con una sonrisa,

 ¿Jugamos una partida a la diana? esos ya terminaron.  Le pregunte.

 -Bale dijo él.  Ella me miro siempre con su linda sonrisa, -¿Quieres perder? me dijo, encaminándose a la diana.

 

El tomo los dardos ofreciendo para que es cogiéramos nosotros primero.

Ella tomo los rosas, yo los blanco, él se quedo con los rojos.

 

Las damas primero,  Le dije mientras… le señalaba la línea, que marcaba desde, donde se deveria tirar.

 

Comenzó la tirada y el espectáculo, pues ella cada vez, que tiraba levantaba su pierna derecha… casi hasta la cintura, estaban  todos pendiente de ella pues

Como llevaba  el vestido cada vez que levantaba la pierna se le veía un poco, el muslo lo que provocaba la admiración, de los parroquianos, allí presentes.

 

Jugamos varias partidas cinco en total… el gano dos, yo, gane tres, ella cero. ¿Vamos a dar una vuelta?, ¿qué os parece? A mi bien dije yo.

 -A mi también dijo él.

Me dirigí   a la barra  pagar la cuenta y me dijo el barman que ya la avía, pagado Lucia todo. ¿Porque lo has pagado todo? le pregunte con gesto serio.

-Porque me siento augusto, por eso ¿te sabe mal?

 

En a soluto procurare que te sientas bien toda la noche, jajajaja, reí al tiempo, que ella decía.

-Vamos a ver si es verdad eso, sonrió y salimos del local.

 

La noche estaba fría bastante fría pues aunque estábamos en primavera del 2010,  se avía tirado todo el día lloviendo, y mucho, a sin que tuvimos que abrigarnos bien, y comenzamos a andar los tres juntos, uno a cada lado y la dama, en medio.

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