arlequinianus

endeble

que débil me siento vivo,
cuando mi vida no lleva un rumbo fijo,
y me dejo doblegar del mar de la vida,
cual barquillo de papel,
endeble ante la tempestad,
y cobarde ante lo incierto,
pueden llevarme a su antojo las turbulentas aguas,
y yo, seguire dejandome,
hasta que no mire al fondo del cristal,
y reconosca a la vision fragil,
que este me refleja,
no dejare de ser el endeble barquillo
hasta que no me levante,
y mire al cielo
y acepte que soy un fantasma,
que emana luz.