marco augusto

Poema 31

Un apetito avivado casi irracional despierta  mis deseos íntimos

hay urgencia de sentirte deseosa entre mis brazos tibios

y que me regales el perfume de tu sexualidad paradisíaca,

tengo un universo de efusión guardado en mis evocaciones,

deseo deshojar la margarita de tu delicada piel bronceada,

con cada beso vigoroso que nazca de mi boca ansiosa,

te regalare todas las flores de mi florido huerto

con cada beso de locura ardiente entregado,

en cada caricia dada y se desnudara la lujuria archivada

que arde en mi navío que bordea tus costas tan solo al cavilarte,

quiero sentir el sudor de tu pulcra figura de estrella

entre el caudal tibio de mis aguas desbordadas

y respirar del aliento agradable de tu dulce boca,

ser  fuego que inflama  lo intimo que con celo atesoras

y llegar hasta  a la cúspide de tus vistosas montañas,

tras un dilatado recorrido por cada sección de piel de seda,

tu cuerpo de fruta madura será mi  escudo, tu voz mis sentidos

y los gemidos de amor correspondido,

serán de nuevo para mis tiempos símbolo de amor compartido,

no deseo ser tu propietario  sino que seamos dos en armonía

 en una unión perfecta y crear un nuevo universo

donde el amor se confunda con el azul del cielo

y embriagados con el néctar de pasion dejar  desfilar el tiempo,

hasta que la luz del alba nos anuncie

que de nuevo, lo mas bello de la vida se cumplió,

para  repetir delirante mañana la misma necesidad de exaltación

de sentir te de nuevo flamante entre mis brazos ebrios de amor,

y  amarte a plenitud constante  con  el alma extasiada

anhelando encontrar siempre en ti el mismo amor entregado