Hay dos nubes volando, empujadas por el viento fuerte,
una se va hacia el sur y la otra hacia el norte.
Empiezan un viaje largo, sin pensar y sin saber,
que a la misma parte del cielo algún día van a volver.
Una va batiéndose por el amor que dejó en la otra,
la otra se va disolviendo por la falta que la derrota.
Así que las dos vuelan pensando en la misma suerte,
una sigue hacia el sur, y la otra hacia el norte.
Siguen volando las nubes en este paisaje inmenso,
corriendo hacia polos contrarios, con el mismo pensamiento,
una piensa encontrar algún día a su pareja,
y la otra volando de esta separación se queja.
Siguen volando las nubes y la que hacia el sur se va,
se saluda con el sol que iluminación le da.
Pero la otra llorando por el frío del norte,
anda pensando sombrío, sintiendo su mala suerte.
Vuelan y en igual forma las dos se sienten mal,
pues ambas piensan lo mismo: este encuentro fue final.
Se alejan sin poder ver más, al tiempo que las derrota,
pues van perdiendo el placer de tenerse una a la otra.
Vuelan estas nubes arriba y lo que pueden entender,
es que volando a lados contrarios, nunca más se van a ver.
Pero hay algo en la vida, como en la naturaleza,
la separación existe, pero nunca es eterna.
Así volando un día y el mundo dando su vuelta,
se habían olvidado, las nubes una a la otra.
Pero cuando los ojos ven, recuerdan su ansia,
pues aun siendo muy viejo, retomarás tu infancia.
En un espacio infinito, en los cielos lúgubres,
por casualidad de la vida, se encontrarán las dos nubes,
renaciendo su amor viejo, y de la felicidad chocan,
y el mundo entero las ve como se besan y se tocan.
LEOM KOLMNELA