Ana Maria Delgado

LAGRIMAS DE CRISTAL QUE SE CONFUNDEN CON LA LLUVIA

Miro sin ver,

a través del grueso vidrio empañado,

de la amplia ventana,

del céntrico y tradicional café.

 

La lluvia arrecia en la pequeña ciudad….

un atractivo mesero se acerca

y deposita en mi mesa

una jarra de café  hirviendo…

con habilidad

sirve el delicioso liquido

oloroso y burbujeante,

en una delicada tasita nacarada,

al primer sorbo reconforto mi cuerpo…

café, café, café…el mayor de mis placeres.

 

Te pienso amor, te pienso….

te pido en silencio….

aunque estés ausente…

que te vayas,

ahora y para siempre… es nuestro final.

 

Me acerco a ti… en la distancia,

en tu ausencia… me acerco,

evoco  la lisura de tus besos,

el color del vetusto puente

por donde caminábamos,

la encubridora alameda verde             

inolvidable por la mixtura de su aroma,

a pino, manzanas y jazmines,

donde airosos nos perdíamos,

en nuestros frecuentes encuentros de amor,

acompañados de la luna de brillantes cabellos

y  por la tibia brisa del río.

 

Recuerdo tu perfume, extraño, único,

tus manos acariciando mi rostro

desplazándose por mi cuerpo,

la dulzura de tu voz

apaciguando mis enojos sin sentido…

me gustaba  mecerme en tu voz …..ahora lo sé.

 

Cadena de suspiros….arrepentimiento…

lágrimas de amor… por lo perdido….

negación…

me estremezco al recordar el ritmo fuerte

de tu  boca ardiente al posarse en la mía,

...adorno tu recuerdo sagrado

con guirnaldas de … lo siento, aún te quiero, aún te amo…

 


Camino por mis acciones crueles…lamentables,

pretendo… tarde… inferir

el instante preciso en el que te deje ir…

surgen razones contundentes

que me convencen …. a mi pesar…que te he perdido,

saboreo la amargura de tu olvido,

punzan en mi mente los errores….irreparables.

 

Quedan  recuerdos… recuerdos…

en adelante serán solo míos…  tu ya olvidaste …

fui solo un mal sueño…

despertaste y lamentaste haber soñado….

y olvidaste…. como se olvidan los malos sueños.

 

Que me queda?

... sujetarme a los pedazos de corazón,

para seguir viviendo,

aunque me rose la tristeza

de tu justa indiferencia.

Floto desde hace tiempo,

en  el lago profundo,

que formaron tus lagrimas,

ante mi crueldad excesiva.

 

Hoy conozco a fondo la melancolía,

acepte la certeza de que ya no eres mío…

no volveré a contemplarme en  el bosque de tu mirada…

dejare que mi piel te extrañe,

que mis ojos te lloren,

que mi corazón desangre,

que mi voz te llame,

que mis manos te deseen,

que mi cuerpo te aclame….es mi castigo.

Dejame marchitar … tu florece...

sigue subiendo por la fuerte cuerda de la esperanza,

llega a la cúspide y avisora el amor …

vuela a través del viento

y en ese viaje …termina de borrarme

…  ya no existo…

me evaporo….

soy una minúscula partícula,

que se adhiere y se pierde,

en la espiral blancuzca que emerge,

de la tasa caliente de café,

en cuyo borde nacarado,

el pigmento rojo del labial

a pincelado una boca…

palpitante boca que ya no te besara más.

 

        POR: ANA MARIA DELGADO P.