Virginia de Albán

INCENDIOS INDEFENSOS

Quiero abrir la noche

y desnudarla

debajo de mi almohada,

debajo de la estela

nimbada de mis sábanas,

hasta que aparezcas

para siempre tú.

 

Con los incendios indefensos

de la sed vespertina de tu cuerpo,

con la invasión votiva de tus besos,

casi, casi de campanas

que tañen lo vivido.

 

Y a través de la ventana

la luna continuará fingiendo

ser noche entre mi noche,

hasta romper en cada esquina

esplendor a esplendor

de la piel hasta el alma...

 

Para que te detengas

infinitamente en la humedad

 de mi cuerpo deshecho

por tus lejanías.

Para que luego invadas

acariciadamente

 uno a uno los sueños,

 que tejen y destejen

las manos invisibles

de la madrugada.

 

 Ahora Dilo conmigo:

¡Ahhh…¿Verdad que así parece

que seguimos naciendo

con tan sólo besarnos?