david valencia tobon

LA BÚSQUEDA


No debería comenzar a escribir,

sobre silencios dormidos,

sino el fragor de las espadas,

la soledad de martirio no prevenido,

en una noche de palmeras despeinadas

con un faro de luciérnagas ardidas.

 

Me siento cual hombre en un laberinto

Borgeano con linces y tigres acechándome,

en búsqueda de Oh Marinheiro,

 

mientras veo el dombo de la ola que se rompe

en los riscos, mientras camino por la ribera

de mis palabras de alba con su ópalo

que se inmola al estar tanto tiempo calladas.

 

Tengo un azar que sueña con la frescura de tu rostro,

Entre tanto las luciérnagas son mi guía porque busco

a un Marinheiro que nos inventó hace tiempo,

amiga de la tertulia, cafés y té.

 

Hace tantos eneros y primaveras, cuando el estrépito

de las espadas de la vida, nos apuñalaban, nos doblaba.

Y te sigo buscando para hacer una hoguera de palabras

y relatarnos lo que nos pasa en cada uno de los rincones

de nuestro mundo, tan mundano y de crecimiento arbitrario.

A Marcela Carvajal

© D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor.