Marisol Andrade

DIME TU SEÑOR

Quisiera volar muy alto y alcanzar un poco más

los rayos del sol cada mañana, deseando con ello,

tener el calor que me falta de tu cuerpo.

 

Que hermoso sería volver a estar juntos y

encender esa hoguera de pasión que se apagó

con tu partida, amandonos como cuando eramos

primavera y el mundo a nuestros pies  teniamos.

 

Recuerdo que delicia de momentos viví y anhelo

tanto volver a saborear.

 

En ocasiones siento que ya es hora de desterrarte

de mi corazón y borrarte de mi mente, pero mi

amor por tí y tus recuerdos son más fuertes que

una roca y me hundo una y otra vez en esta

agonía de amarte.

 

Qué hago entonces?. Dímelo tú Señor, dímelo

antes que la ansiedad termine mi existencia.