Tropecé en el camino de la aurora,
Que al son de las miradas y besos,
Suavizan tu amarga envestidura.
La mañana reposa en mi regazo,
Dejando que la noche apacigüe entre tus brazos,
Solo ando entre tropiezos, cayendo de mis sueños,
Al costado del molesto sonido de el silencio.
A veces recito algunos versos,
Que despiertan el amor que se ha dormido,
Solo vivo de recuerdos,
que inundan mi cuerpo con el tocar de tus labios.
Quédate un momento y no trates de calmar tus ansias,
Mira que ese llanto es solo pasajero,
Y no me mires y no finjas que me quieres,
Que si así lo sientes es mejor que no me quieras.