Alejandro José Diaz Valero

Trilogía para el humor

UNA HISTORIA DE CARNAVAL

En fecha de carnaval

mi hermana salió a la calle

y algunos hombres cobardes

la pretendieron bañar.

 

Ella se puso furiosa

y se armó con una tabla

y le dijo: si usted me baña

le parto su cabezota.

 

Al mirarla con furia, reculó

el hombre cobarde por cierto

y le dejó el camino abierto

hasta que ella se marchó.

 

y apenas le dio la espalda

con el agua la mojó

y entonces ella lo enfrentó

multiplicando su rabia.

 

Y que no se asombre nadie

Si digo en forma bien clara,

 por la espalda la baño con agua

y en el pecho, la bañó con sangre.

*****

 

 

 

SORPRESA!!!

Pero buena que broma es esta

encontrar la casa llena de gente,

habrase visto, y que fiesta sorpresa...

¡En mi casa son tan ocurrentes!

 

Yo noté que al llegar al garaje,

reinaba un silencio sospechoso,

y no salió a recibirme nadie

y eso que eran como las ocho.

 

Usando la puerta trasera

entré sin mucha prisa

ya me había quitado las medias

los zapatos, la correa y la camisa.

 

Y de repente sale ese gentío

de todos los rincones de la casa

que yo corrí muy sorprendido

y me cayó en la cabeza la piñata.

 

Aún sin reponerme del susto aquel

andando con pasos imprecisos,

tumbé los refrescos y el pastel

haciendo un reguero por el piso.

 

Salió cara la ocurrencia

y dejó un mensaje para fechas futuras…

tuvieron que llevarme de emergencia

con dos heridas y una fractura.

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DORMIR JUNTOS

 

No se si deba divulgarlo

por lo delicado del asunto

pero es que no puedes negarlo

que ayer tarde dormimos juntos.

 

Por eso sin remedio me pregunto

que tiene de malo caer rendido

y luego despertarse en modo abrupto

y mirarse un poco sorprendido.

 

No cruzamos ni media palabra,

tal vez no había nada que decir;

solo seriedad y algunas miradas

para luego echarnos a dormir.

 

Nunca nos habíamos visto,

no habían anteriores ocasiones,

pero el sueño nos agarró ligerito

y caímos rendidos como dos lirones.

 

Tu cabeza se movía de un lado a otro

pues caíste en profundo sueño,

y yo roncando como un oso

supe ser tu compañero.

 

Dormimos juntos sin conocernos

y eso es bueno que se diga

creo que ninguno quería hacerlo

pero nos venció el sueño y la fatiga.

 

Yo no sé que piensas tú

por atreverme a divulgar esto,

cuando juntos dormimos en el autobús

vencidos por lo largo del trayecto.

 

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