Nataly Echeverri

MI ABUELA

Es tan alegre como un mediodía soleado

viendo los pájaros revolotear en el aire,

ese  sol que ilumina su casa

rodeada de flores suspira

y empieza sus labores diarias

 

Sus anteojos como dos gotas de agua gigantes

dan soporte a lo que ellos alguna vez vieron

los arboles, la “estancia”, el “bohío”

y dos de sus tantos nietos

 

Nunca se ha quejado

de sus labios no se oye un lamento,

solo risas, carcajadas y aleluyas

y en las noches ruegos al cielo

 

Es viuda hace unos 16 años

y no quiso un compañero más, sola la vida a sobrellevado

en sus arrugas se ha de notar

 

Una abuela orgullosa tengo,

en esta finca en medio de “Cocorná”,

no pide que traigan regalos,

no pide deseos a las hadas,

solo quiere vivir a nuestro lado, mirando siempre su hogar

 

El tiempo la ha alejado muchas veces

y a fuerzas le ha tocado cambiar,

el hijo prodigo regresa y con ella comparte hoy

si se va nuevamente

su corazón marchito no se detendrá, solo es otro comienzo

y un lamento para ese tierno baúl