Samara kidman

A tus pies.

 

Te vi y fui atrapada por el cantar de tus palabras y sin darme cuenta hablé con los dioses, prometiéndome que si vendía mi alma estarías en mis manos.


Y pude contemplar cinco minutos de mi reinado en ti, pero preferí morir antes las llamas de la tierra, que robar tu cariño y te  obsequié mi corazón en bandeja de plata  mi señor.


Pero lo rechazaste o príncipe hipócrita y como siego volviste tus ojos hacia la serpiente engañosa que asiéndose la victima a jugado con los sentimientos de los plebeyos como una ves lo hice yo.


Ahora entiendo que voy hacer la que corte tu cabeza y esparza vuestras entrañas como comida de cerdo, aunque no lo quiera se que lo disfrutare y reiré al ver como pelean por tus huesos.


Y pensar que por ti me convertí en muchas cosas que nunca pensé que seria, fui luna para alumbrar las penumbras de tu alma, fui sol, tratando de calentar tu cuerpo y ni siquiera lo valoraste.


Tú eres culpable de todo y por esa razón tendrás que pagar las consecuencias de tu desprecio, lo que me alegra de la humillación, es que terminaras siendo mordidos por la cobra que elegiste como compañera.


¿Por qué callaste y te convertiste en mentiroso? Ahora ya es tarde y no querrás acércate a mi, por temor a ser tentado a comer del fruto que he cosechado como dulce veneno que llevo empalagado entre mis labios.


Antes me postraba a sus pies mi precioso príncipe, pero ahora contemplo desde tu tono como ruegas para que no te quite la vida.