Alejandro José Diaz Valero

Fábula del creyente y el ladrón

Quieto ciudadano
deme todo
arriba las manos
esto es un robo…
Cómo? ¡No sea bobo!
yo no soy ladrón
nunca he robado
ni estando necesitado
ni en ninguna ocasión.
Chistoso el señor
yo soy el delincuente
usted es la víctima inocente
deje ya la payasada
no tengo que ver con nada
mire que no soy paciente.
Señor, quiere que le cuente
yo tampoco tengo paciencia
perdone mi insistencia
pero no me gusta delinquir
prefiero mejor morir
que quitarle a otro lo suyo
mi madre con mucho orgullo
eso nos enseñó…
¿A usted no?.
Ah vas a seguir con la broma
mira que tengo la pistola
completamente cargada
y sin mucha contemplación
te vuelo la caja craneana
o te parto el corazón…
Usted es un inocentón
que ataca sin ver los bolsillos
usted es un pobre pillo
que a la víctima no intuye
porque mejor no huye
por ese largo sendero
no ve que estoy sin dinero
y sin nada de valor
quizás en otra ocasión
seré tu presa,  compañero…
Que otra ocasión ni nada
a mi me da lo que tenga
o le arranco una oreja
con mi afilado puñal.
Usted es ladrón o criminal?
defínase, a conciencia
no es lo mismo quitar pertenencias
que herir o matar
sea sincero, que esta mal
andar con doble discurso
para que pueda darle curso
a una vida normal .
Que normal ni que nada
tenga esa boca cerrada
o le volaré esos dientes
para que no ande de zoquete,
deme mejor los billetes
que con eso es suficiente…
¿Usted es bruto o demente?
no le dije que estoy sin nada
la empresa donde laboraba
me dio ayer la cesantía
y no me han pagado todavía
ni siquiera la liquidación
porque me dijo el patrón
que él tampoco tenía…
aja y si eso sucedía
¿porque no salió a robar
para poder alimentar
a su esposa y a sus crías?
Porque yo no quiero estar
metido en la policía
mejor sigo por vía
con los bolsillos vacíos
y rezándole al Dios mío
que me ayude en lo que pueda
sé que llegaran monedas
porque yo,  en él confío.
Usted es un hombre de brío
con una fe firme y fuerte
aquí tiene estos billetes
llévelos para su casa,
usted me caído en gracia
y yo lo quiero ayudar,
vaya buen hombre a su hogar
y mantenga su esperanza.

Y el delincuente alegre se fue
Porque pudo al prójimo ayudar
Y el otro, el hombre de fe
No paraba de rezar.

Moraleja.
Ayudar al prójimo es buena acción; aunque seas un ladrón.