Michael Méndez

tu adios, mi pena

con mis ojos enlazados,

a la luz de tu mirada

veo dos caminos

perder o contener

a quien se ama.

 

el tiempo es una espada

en tu mano empuñada,

mientras la vida se me pierde

esperando tus palabras.

 

tu voz tan inocente

se burla de mis ganas

de acabar con la distancia.

 

tu aliento impertinente

danzante entre tus labios,

probocandole suspiros

a este loco enamorado.

 

de tu piel indiferente,

a las caricias de mis manos,

reflejan claramente,

el adios al desdichado.